Si estás pensando en un paraíso tropical de grandísimas proporciones seguro que esta hermosa península de inmensos cocoteros que se extiende en el mar como una isla y se llama Samaná se convierte en tu destino ideal. Es una especie de microcosmos en la República Dominicana: aquí verás la mayor pobreza junto a los resorts de lujo, buenos y muy malos caminos, verdes montañas, bosques tropicales, diminutas aldeas con vendedores de frutas, playas, y la radiante calidez del pueblo dominicano.
En las zonas de las verdes montañas abundan los cocoteros y las espectaculares vistas al mar. La mayoría de las playas son accesibles sólo a pie o por mar, las calas están muy protegidas y no hay bahías. Samaná es el nombre tanto de la península como de la ciudad. No puedes dejar de realizar una excursión para observar a las ballenas en su medio natural. Los mejores meses para estos avistamientos van desde enero hasta finales de marzo. Si vas durante esos meses no te lo pierdas.
Una visita a Samaná se debe centrar en dos cosas: la exploración de sus maravillas naturales conservadas a la perfección y tumbarse y relajarse en una pequeña playa para olvidarte de todo lo terrenal. Si quieres un poco más de movimiento lo puedes lograr fácilmente en Las Terrenas, el único y verdadero centro turístico, donde podrás encontrar pintorescos restaurantes, alojamientos de todo tipo, y como no unas playas inmensas.
Para llegar hasta allí tendrás que hacerlo a través de un camino sinuoso que recorre las montañas de la ciudad de Sánchez. En Las Terrenas podrás disfrutar hasta de un casino. Intenta contratar por la zona las excursiones y deportes que quieras practicar los siguientes días.