Los cruceros siempre me han parecido una opción fantástica para conocer muchos sitios en poco tiempo y no acabar con un estrés insoportable, ya que aunque cada día visites una ciudad o país diferente estarás viajando cómodamente en una pequeña ciudad que navega para llevarte de un sitio a otro.
Entre todos los cruceros que hay yo me quedaría con los trasatlánticos, que son los que, como su propio nombre indica, cruzan el atlántico. Todas las compañías tienen al menos un par de barcos destinados a este tipo de cruceros, que se dan muy poquitas veces al año así que hay que aprovechar cuando salen para poder hacer uno.
Por ejemplo, varias compañías tienen uno desde Barcelona o Málaga que llega hasta Estados Unidos, ideal si no te gustan los largos viajes en avión ya que disfrutarás de un crucero mientras cruzas el charco. Suelen llegar a Miami o Fort Lauderdale (ambos en Florida) o a Nueva Orleans. Suelen tener unas dos semanas de duración y paran en varios sitios como Francia, Cartagena, Málaga, Cádiz o Canarias antes de llegar a su destino. La última semana de viaje es toda navegando ya que es lo que se tarda en llegar de Canarias a Estados Unidos.
Totalmente preparados para viajes largos, hay barcos espectaculares con un montón de tiendas, bares, restaurantes, discotecas, casinos, gimnasio, piscinas, spa y hasta alguno de ellos tiene una pista de atletismo para que te mantengas en forma. Además, hay también mucho entretenimiento a bordo para todas las edades con varios espectáculos, cines y hasta un club infantil en el que los más pequeños pueden estar disfrutando todo el día y haciendo nuevos amigos mientras los papás se relajan y descansan.