¿Qué es lo que consideras que no puede faltar en tu maleta cuando te vas de viaje? Cada cual puede decir un montón de cosas, pero creo que muchos coincidiremos en lo de que es importante llevar una cámara de fotos para inmortalizar esos momentos que no siempre se nos quedan grabados en la memoria.
Lo mejor de todo es que hoy en día no es estrictamente necesario contar con una cámara al uso, ya que hay teléfonos móviles capaces de hacer muy buenas fotos. Eso sí, si quieres pasar a otro nivel medita la posibilidad de comprarte una cámara medianamente buena, ya que el resultado obtenido no tiene nada que ver.
A continuación voy a darte algunos consejos para tomar buenas fotografías de viaje, así que toma nota si quieres tener un fotolibro del que sentirte muy orgulloso.
La luz marca la diferencia
¿Qué es lo que siempre busca un fotógrafo profesional? La luz natural. Es verdad que ellos están capacitados para hacer fotos de calidad en todo tipo de condiciones, pero como el resto de los mortales no tenemos esa pericia, no nos queda otra que encomendarnos a la luz para hacer buenas fotografías. ¿Momentos clave? El amanecer y el atardecer. Las típicas fotos de un paisaje o del skyline de la ciudad quedan de maravilla con la caída o la salida del sol como telón de fondo.
El encuadre
Creo que a estas alturas ya debes saber que hay que prestar atención en el encuadre. No es lo mismo fotografiar una catedral entera que cortar las partes más altas de una cúpula. Es la diferencia entre lo cutre y lo decente. Si a partir de ahí quieres ir un paso más allá, lo que tendrás que poner en práctica es la regla de los dos tercios, que consiste en dividir el encuadre en tres tercios con la misma anchura y altura. A partir de ahí, todo lo que queramos destacar deberá ir en uno de los cuatro puntos de la intersección de las líneas (líneas que por cierto aparecen marcadas en muchas cámaras cuando vas a disparar).
Fotos de paisajes vs retratos
No es lo mismo fotografiar la belleza de un bosque que fotografiar a tu pareja. Lo más probable es que el bosque te pida poner la cámara en posición horizontal, mientras que tu pareja te pedirá que la pongas en posición vertical. Evidentemente, esto no es algo que debamos aplicar siempre, ya que depende de lo que queramos captar.
Ves más allá de los lugares más turísticos
Que sí, que no vas a ir a Nueva York y te vas a quedar sin ver el Empire State o la Estatua de la Libertad. Sin embargo, te recomiendo que cuando visites una ciudad trates de hacer fotos por lugares menos concurridos, ya que son los que te van a permitir hacer fotografías sin tener que esperar a que la gente se aparte o sin tener que recurrir a Photoshop para «eliminar» a quienes parecen ser de la familia sin serlo. ¿El secreto? Callejear y preguntar a la gente de allí, que es la que puede recomendarte puntos de interés que no se anuncian a bombo y platillo.
Líneas siempre rectas
Hemos hablado del encuadre, pero no hemos mencionado lo importante que es que las líneas se vean siempre rectas. A menos que lo hagas adrede porque has decidido dar rienda suelta a tu vena artística, preferirás que el horizonte se vea horizontal y que los árboles se vean verticales, no torcidos. Es muy evidente, pero no siempre nos fijamos en estos detalles y luego lo lamentamos.
Haz muchas fotos, pero no te pases…
Por varios motivos no es bueno estar disparando constantemente. En primer lugar, porque se trata de disfrutar del viaje viendo las cosas con tus propios ojos, no a través de una lente. También habrá personas que reclamen tu atención, y si estás sumido en una sesión fotográfica difícilmente podrás hacerles caso. Por otra parte, a veces apreciamos detalles dignos de una buena fotografía cuando nos paramos a pensar y a observar, cosa difícil si vamos con la mentalidad de hacer miles de fotos aprovechando que tenemos una cámara digital en las manos.
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