Italia es uno de los países más bellos de Europa por su arte, que refleja toda su historia a lo largo de los siglos. Y, realmente, es algo que se respira en cualquier municipio, ciudad y lugar de este país, que ofrece un sinfín de posibilidades para ser visitado, siendo uno de los principales destinos a nivel mundial. En este caso, nos vamos a centrar en algunos de sus castillos porque figuran entre los más bellos y espectaculares del país, de Europa y del mundo.
Castillo de Miramare
Está situado en la costa adyacente a Triestre, en concreto, en un acantilado con vistas al Golfo de Triestre. Este castillo fue encargado construir por el archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo en la segunda mitad del siglo XIX para fijar su residencia junto con su esposa Charlotte de Bélgica.
El castillo está bastante bien preservado, lo que permite apreciar la combinación exquisita de estilo medieval, renacentista y gótico. Además, incluso se mantiene gran parte del mobiliario y decoración original. Muy atractivo también es su entorno, ya que está rodeado de un parque botánico.
Castillo de Sant’Angelo
Este castillo es uno de los más famosos de Italia porque está en Roma, que es una de las ciudades más visitadas cada año. Además, tiene una posición estratégica puesto que es el punto de encuentro de entre la vieja capital y la ciudad del Vaticano.
Este castillo se construyó inicialmente como mausoleo para el emperador Adriano en el siglo II, pero posteriormente fue reconvertido en fortaleza militar. Precisamente, de esta etapa toma su nombre, ya que se cuenta que el arcángel Miguel apareció en lo alto del castillo para detener la plaga que asolaba la ciudad de Roma en el año 509.
Castillo de Sirmione
Otro de los castillos más visitados y más emblemáticos de Italia es de Sirmione. Situado en medio del lago Garda, es todo un ejemplo de arquitectura medieval y de majestuosidad por sus alrededores.
No faltan puentes levadizos, fosos, torres, muros transitables y festoneados… y la muralla a la que se accede tras subir 150 escalones. La subida merece la pena para observar unas magnificas vistas al lago y de Sirmione.
Este castillo es también conocido como Scaligero por la famlia Scaligeri, que lo encargó y que gobernó esta región a principios del siglo XIII.