Budapest, la capital húngara, se encuentra a lo largo del Danubio, que hace de separador y divide la ciudad en dos regiones, una llamada Buda y otra Pest. Estas dos regiones se unen gracias a siete puentes que sirven tanto para peatones como para vehículos, y especialmente por la noche es un paisaje espectacular.
Dando un paseo por esa zona del Danubio nos encontramos con lugares y monumentos preciosos como el Castillo de Buda, al que se conoce también como Palacio Real ya que fue habitado antiguamente por los reyes de Hungría. Está ubicado en la Colina de Buda y rodeado de callejuelas por las que darte un paseo para conocer toda esa parte de la ciudad.
El Castillo de Buda se utiliza en la actualidad para albergar diferentes edificios, como la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. Para llegar hasta él puedes ir caminando y subir las escaleras que te encuentras al lado del Puente de las Cadenas, también puedes subir la cuesta que hay a la izquierda del funicular o, si no quieres ir caminando, directamente puedes subir en el funicular Budavári Sikló, que está en funcionamiento de 7:30 a 22:00 horas todos los días.
Dentro del castillo podrás ver varias exposiciones y descubrir la historia de Hungría al tiempo que paseas por sus dependencias, espectaculares y con varios estilos decorativos aunque habiendo sido habitado por Reyes te podrás imaginar que predominan los dorados. Una gozada si te gusta la arquitectura en general y los castillos en particular.
Cuando llegas a la cumbre de la Colina del Buda disfrutarás de unas vistas espectaculares de la ciudad, además de poder visitar el castillo. En la cima está también el Laberinto del Castillo de Buda, una maravilla creada por la naturaleza con el agua caliente de un manantial y que poco a poco fue formando cuevas y sótanos, muy recomendable.