Como ya te hemos dicho en muchísimas ocasiones, España no tiene nada que envidiarles a otros países del mundo en lo que a maravillas naturales se refiere. Y es que entre nuestras fronteras podemos encontrar desde calas y playas paradisíacas, hasta montañas de auténtica belleza. Sin embargo, nuestro país tiene muchas más cosas que ofrecer: pueblos con encanto, ciudades con mucha historia, hermosos paradores…
Hoy, por ejemplo, queremos mostrarte una impresionante obra de ingeniería hidráulica. Posiblemente se trate de la más ambiciosa realizada en nuestro país. Sí, estamos hablando del Canal de Castilla. ¿Te apetece conocer más detalles sobre esta obra declarada Bien de Interés Cultural que atraviesa Burgos, Palencia y Valladolid? ¡Pues no te pierdas nada de lo que te contamos a continuación!
Bien de Interés Cultural
Hay mucha gente que ni si quiera sabe de su existencia, pero lo cierto es que el Canal de Castilla es, posiblemente, la obra de ingeniería hidráulica más relevante del siglo XVIII. Fue creada para solucionar el problema de aislamiento que vivía la meseta leonesa y castellana por culpa de la complicada orografía y una red viaria mal conservada, que provocaba que los excedentes agrarios de la región no pudieran ser transportados. Considerado Bien de Interés Cultural desde 1991, hoy en día sigue siendo de utilidad, proporcionando agua a los campos de cultivo.
Impulsado por Fernando IV
La construcción del Canal de Castilla fue impulsada por el rey Fernando VI, aunque fue propuesta por el Marqués de la Ensenada. Nace en Alar y finaliza en Valladolid y Medina de Rioseco, recorriendo buena parte de la provincia de Burgos, Palencia y, por supuesto, Valladolid. Eso sí, los ilustrados habían pretendidito unir Segovia con Santander mediante canales, algo que quedó en tan solo un sueño por culpa de la falta de recursos económicos y de las dificultades orográficas.
Dividido en tres canales
Está dividido en tres ramales (Ramal Norte, Ramal de Campos, Ramal Sur) por los que navegaban embarcaciones cargadas con cereales durante los siglos XVIII y XIX. Curiosamente, las barcas eran arrastradas por animales que iban caminando por los dos caminos situados paralelos al canal.
Mucho que observar
Más allá de su importante valor patrimonial, el Canal de Castilla impresiona por su belleza natural. Y es que a lo largo de su recorrido se pueden contemplar diferentes tipos de ecosistemas que merece la pena conservar: charcas, humedales, bosques… De hecho, en sus diferentes tramos podrás disfrutar de un paisaje de lo más evocador, en el que podrás observar desde la berrea del ciervo, hasta la migración de las setas, pasando por los bellos bosques de ribera que impresionan enormemente al mudar su follaje. En cuanto a animales, además de las aves podrás encontrar diferentes especies de mamíferos acuáticos, como la nutria o la rata de agua. Por supuesto, también podrás ver elementos que formaron y forman parte de esta impresionante infraestructura, como dársenas, puentes, molinos, esclusas, fábricas de harina, prensas, almacenas o maquinas. Todos estos elementos nos ayudan a imaginar cómo podía ser la vida en los tiempos en los que el canal estaba en pleno funcionamiento.
Utilizado para realizar actividades de ocio
Además de servir para abastecer agua a los campos de cultivo, el Canal de Castilla es utilizado hoy en día para realizar diferentes actividades de ocio, como ciclismo, senderismo, rutas a caballo, paseos en barcos turísticos, descensos en canoa, tiro con arco u observaciones astronómicas.
A continuación te dejamos con nuestra galería, donde encontrarás más imágenes del Canal de Casilla. ¡No te lo pierdas!
