Cabo Verde es un destino que se asocia con magníficas playas y paisajes paradisíacos. Sin embargo, es un país que ofrece muchos más atractivos que son un tanto desconocidos. Y, ¿por qué no viajar en 2023? De hecho, puede ser una magnífica elección para conocer otros territorios y ver sus tierras de manera diferente, sin renunciar a lo más conocido y sus aguas. ¿Y qué visitar? Aquí hacemos unas propuestas aunque, como siempre,
Cabo Verde
Sobre Cabo Verde se tiene una idea un tanto equivocada. No es muy conocido que, en realidad es un archipiélago situado frente a las costas de Senegal. Lo que sí ya es más popular es que es uno de los paraísos no solo de África, sino también a nivel mundial.
En total, Cabo Verde está formado por diez islas grandes y otras cinco menores. Todas ellas tienen en común un magnífico litoral, pero también se pueden ver otros paisajes que nada tienen que ver con el agua, pero sí con la arena; en este caso, con la del desierto.
Cabo Verde también tiene arenales que trasladan a las personas al desierto, como si estuvieran en medio del Sáhara. Son zonas en las que se observa una gran belleza de interior, pero también se siente una gran sensación de calma y tranquilidad, una cierta paz espiritual.
Las islas
Dentro del archipiélago de Cabo Verde, cada isla tiene sus particularidades. Aunque todas tienen magníficos paisajes y atractivos, hay una que no puede faltar en el recorrido: Isla de la Sal. Esta es una de las más conocidas porque tiene aeropuerto internacional y alberga diversos resorts por lo que es la que más turistas tiene. Con una temperatura ideal todo el año, se recomienda pasear por varias de sus ciudades como Santa María, con sus playas de arena blanca a lo largo del litoral en la parte sur de la isla.
Otra visita obligada es Espargos, ciudad capitalina desde la que aparece como un espejismo de Terra Boa con un lago en el paisaje desértico. Igualmente, caminar por Palmeira es una buena opción para ver la influencia portuguesa, así como cuevas y arrecifes entre los que estaca Olho Azu.
Al este de la Isla de Sal se halla Pedra de Lume, un emplazamiento de una antigua mina de sal situada en el cráter de un volcán extinguido con agua salada que está considerada como terapéutica.
En el recorrido, por supuesto, no puede faltar visitar la Isla de Santiago. Allí está Praia, la capital de Cabo Verde y la ciudad más grande del país en la que conviven diferentes ambientes, habiendo zonas para escuchar música y bailar a su ritmo. Destaca, además, que, en 2009, fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco Ciudade Velha de todo su casco histórico y el Fuerte Real de San Felipe desde el que se ve toda la ciudad desde lo alto.
Y, finalmente, tenemos que recorrer Boa Vista. Esta isla es una de las más visitadas, tras la Isla de la Sal. La razón no es otra más que las aguas turquesas de sus playas que parecen infinitas. Dentro de ellas, destaca la playa de Estoril, junto a Sal Rei, que se caracteriza por su gran belleza y los chiringuitos en sus costas. Otra buena elección son las playas de Tortuga y Santa Mónica, una zona en la que se pueden ver tortugas marinas y ballenas jorobadas migratorias.
Esta isla ofrece más atractivos. A quienes les guste el senderismo, una visita obligada es la isla de Santo Antão, uno de los territorios más virgen. También hay que recorrer las dunas y paisajes volcánicos del desierto de Viana para trasladarnos prácticamente a un paisaje que recuerda a la Luna.