Berlín es una de las ciudades europeas más turísticas y que más visitantes recibe cada año. Es un destino en el que se combina la historia y tradiciones con el arte y la modernidad. Pero, ¿qué ver cuándo se va por poco tiempo a la capital? Esto es lo que no hay que perderse.
Lugares históricos
En la visita a Berlín no puede faltar el paseo histórico por el Berlín del nazismo y la Alemania de Adolf Hitler para ver tanto sus ideales como los acontecimientos de la II Guerra Mundial. Dentro de este itinerario destacan, por ejemplo, la Columna de la Victoria, así como la Gran Estrella de Berlín.
Muy curioso de ver es el Búnker de Hitler o la Cancillería. Y, por supuesto, no hay que perderse todo el recorrido para ver el Muro de Berlín y revivir la etapa de la Guerra Fría, que adentra en una Alemania dividida.
Curiosas son igualmente la estación fantasma de Nordbahnof y el Memorial de Bernauer Strasse, que forman parte de este recorrido. Y, si queda tiempo, una buena ocasión es adentrarse en la East Side Gallery, la mayor galería al aire libre del mundo.
La ruta por Berlín incluye a su vez otros recorridos por edificios y zonas emblemáticas de la ciudad como la Puerta de Bradeburgo, que es uno de los principales iconos de la capital alemana, así como el Checkpoint Charlie, otro de los puntos míticos de la capital.
Durante la visita, tampoco pueden faltar otros atractivos o elementos turísticos como el Memorial del Holocausto, la plaza Gendarmenmarkt, que es una de las principales de la capital berlinesa, la isla de los Museos y el barrio judío con todo su encanto e historia.
Al margen ya de esta Alemania más histórica, también es posible hacer recorridos para conocer la parte más urbana y la vida alternativa, que es muy numerosa en esta ciudad. En estas visitas es posible ver las barridas más multiculturales, sin olvidarse de los mercadillos y de las actividades alternativas que se disfrutan. Entre los mejores mercados se encuentran, por ejemplo, el de Yaam, el barrio de Kreuzberg o el epicéntrico Baumhaus.
Berlín también cuenta con diversos museos. Además de recorrer la Isla de los Museos, es posible ver el Museo de Pérgamo. En él, se exponen piezas históricas y de gran valor como es el caso de la Puerta de Ishtar o los restos del templo de Trajano.
Todo el recorrido se puede completar con una ruta gastronómica para degustar los típicos productos. Y uno de ellos es la cerveza de la que hay toda una ruta específica para recorrer los principales bares de la ciudad, especialmente en la zona de Kreuzberg. Entrada obligada esa el Icebar de Berlín para experimentar la sensación térmica de vivir en un iglú tomando un cóctel especial.
Inmediaciones
Y si todavía queda tiempo o cabe la posibilidad de disponer de un día más o alargar el viaje, otra buena opción es visitar zonas limítrofes. Una de las de mayor atractivo es Postdam, que está a solo 40 minutos de la capital. Esta localidad se diferencia de otras por su gran belleza y por ser una de las ciudades más señoriales de Alemania. Entre los principales elementos a ver, figura su centro histórico. Un enclave en el que, además, se encuentran los jardines del Palacio de Sanssouci. Visita obligada es también la Iglesia de San Pedro y San Pablo, así como el barrio holandés.
También en las afueras de Berlín se puede visitar el campo de concentración de Sachsenhausen para conocer toda la historia de aquella época y adentrarse en ella para ser conscientes de todo lo que sucedió.