Barcelona es una de las ciudades más bellas de Europa, eso es algo que nadie puede negar. Cuenta con una playa que se extiende por gran parte de su geografía y con maravillas arquitectónicas como la Sagrada Familia o la Torre Agbar. Tal vez por ello es el destino preferido de millones de turistas que la visitan año tras año queriendo repetir.
La capital catalana ofrece un clima envidiable, con temperaturas soportables en invierno y con veranos que son cálidos pero llevaderos gracias a la brisa marina. Lo que es una lástima es la contaminación, presente en Barcelona al igual que en otras capitales europeas como Londres o Madrid.
En 1992 Barcelona albergó los Juegos Olímpicos, algo que le sirvió para dar un salto cualitativo que a día de hoy salta a la vista. Es una ciudad moderna, cosmopolita y llena de tiendas y bares en prácticamente todos sus barrios. Es una ciudad para vivir, aunque para desplazarse con transporte público. Moverse por la mayoría de barrios Barcelona en coche es una locura, sobre todo en horas punta. Por suerte hay muy buenas combinaciones en tren, metro y autobús.
La gastronomía catalana es otro punto fuerte de Barcelona. Hay muchos restaurantes que ofrecen comida de todo tipo, desde la tradicional hasta la más innovadora. El abanico es muy amplio, apto para todos los bolsillos y paladares.
Sea por el motivo que sea, si deseas alojarte en un hotel de Barcelona tienes muchas opciones. Desde los típicos hostales por los que te pedirán menos de 50 euros por una noche hasta los hoteles de cuatro y cinco estrellas en los que te sentirás como en casa.
Ya sabéis, no perdáis la oportunidad de visitar Barcelona y disfrutad de un buen hotel para que vuestra estancia sea lo más agradable posible. Apostar por una cadena hotelera de reconocido prestigio es mi recomendación, siempre y cuando vuestro bolsillo os lo permita claro.