Uno de los grandes atractivos que tiene Asturias, que tiene muchísimos, es el Santuario de Covadonga, el cual está en el interior del Parque Nacional de los Picos de Europa. Se encuentra en el municipio de Cangas de Onís y tiene una belleza increíble que hace que si estás en la zona sea de obligada visita, o incluso que organices un viaje únicamente para conocer este lugar.
Covadonga significa «Cueva de la Señora», y la primera construcción en la Santa Cueva fue en los tiempos de Alfonso I, quien mandó construir una capilla para conmemorar la victoria del Rey Pelayo en su lucha contra los musulmanes. La tumba del Rey Pelayo está actualmente en la misma cueva, aunque la capilla que hay ahora data de los años 40 y es de estilo romántico, teniendo una Santina de madera policromada que sostiene al Niño y a una rosa de oro.
La magia de este lugar se completa con el lago bajo de la Cueva, los túneles que comunican con las zonas altas y la escalinata que hay que atravesar para poder llegar a ella, todo formando un entorno natural espectacular. La Basílica de Covadonga está construida totalmente en caliza rosa que se consiguió de las montañas colindantes, y en el pórtico de la entrada hay dos bustos que corresponden a los obispos de la Sede Ovetense, que fueron los que iniciaron y terminaron la obra.
El Santuario tiene también un museo, el cual ha sufrido varios incendios a lo largo de su historia pero que aún así sigue conservando piezas de muchísimo valor histórico. Allí encontrarás la Corona de la Virgen de Covadonga (fabricada con oro, diamantes, rubíes y platino), el Cristo de Marfil (donado por el Rey Felipe II) y varias pinturas, dibujos, ropa litúrgica y obras de orfebrería.
La Colegiata es el edificio más antiguo de todo el Santuario, con una planta rectangular que se distribuye en torno a un patio y que tiene una bóveda de crucería, un coro y una torre cuadrada. El interior no se puede visitar pero solo por lo demás ya merece la pena verla.