Una de las ciudades europeas con más encanto es Roma, y buena muestra de ello es la cantidad de visitantes de todos los rincones del mundo que recibe en cualquier época del año. Lo más atractivo de la capital italiana es la gran cantidad de monumentos históricos que tiene, muchos de ellos realmente espectaculares y que merece la pena visitar.
Hoy me gustaría recomendar una visita al Castillo de San Angelo, que también se conoce como el Mausoleo de Adriano y tiene un diseño muy original. Sus muros forman una cortina en la sala interior, con elementos medievales que le dan un aspecto único. Una muestra perfecta del renacimiento gracias a su umbral, una torre redonda, la gran cantidad de mármol que tiene y, por supuesto, muchas estatuas.
La torre fue en sus orígenes la base de una estatua de Adriano, pero posteriormente fue sustituida por un ángel de bronce, lo que también le dio el nombre al castillo. Especialmente bonito es el foso, que tiene un montón de árboles y está totalmente cubierto de césped ya que se convirtió en un parque público hace mucho tiempo. Allí se pueden ver a muchas familias que van de paseo o que se tiran en el césped a disfrutar del buen tiempo.
Muchas de las habitaciones del castillo están cerradas pero hay algunas salas que siempre están abiertas al público para ofrecer diversas exposiciones, casi todas de obras de arte. Hay otras partes del castillo que se abren de forma puntual cuando se organiza algún evento o exposición especial.
Este castillo está en un entorno fantástico, en la orilla derecha del río Tiber y enfrente del puente de San Angelo, muy cerquita del Vaticano. Su interior solo puedes visitarlo durante el día pero el exterior como mejor se disfruta es por la noche, todo iluminado y verdaderamente bonito.