París, la ciudad del amor, es una de las ciudades más visitadas del mundo gracias a sus encantos, que por cierto no son pocos. La Torre Eiffel, los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo, el Museo del Louvre… perderse por la capital de Francia es toda una gozada, pues cada rincón esconde algo mágico que te engancha para que quieras volver cada año.
París no es precisamente una ciudad pequeña, por eso los parisinos y los turistas aprovechan siempre que pueden para descansar en alguno de los cafés que adornan sus calles. Tal vez el más popular de todos es el Les Deux Magots, situado en la Rue de Buci y fundado en 1855.
Antes de ser un café era una tienda de ultramarinos. El café de los dos magos abrió sus puertas para convertirse en todo un referente que pelea por ser el más popular de la zona con otro importante café, el Café de Flore.
Muchos artistas famosos se han dejado ver por Les Deux Magots. Elsa Triolet, André Gide, Jean Giraudoux, Picasso, Fernand Léger, Prévert, Hemingway, Sartre o Simone de Beauvoir son algunas de las personalidades que degustaron su exquisito café. Los intelectuales que acudían hasta allí eran de ideas progresistas, justo lo contrario que sucedía en el Café de Flore.
Tal vez la mejor característica del café es su terraza. Las horas pasan volando disfrutando del calor de una buena taza mientras se contempla el Boulevard Saint Germain, casi siempre muy concurrido y lleno de vida.
Para visitar París solo hay que buscar billetes baratos. En la actualidad hay muchos vuelos a París con varias compañías que ofrecen precios realmente atractivos. Visitar la capital de Francia es algo que hay que hacer como mínimo una vez en la vida. De hecho, hay muchas personas que deciden volver, tal vez por la magia que envuelve a sus cafés…