No cabe duda de que el principal destino turístico de Roma es el Coliseo, un lugar que te enamora en cuanto lo ves y que conservarás en tu retina para siempre. Una vez que llegas allí te quedas mirando en plan “pues sí, estoy aquí y en persona es todavía más alucinante”. Uno de esos lugares que tienes que visitar sí o sí al menos una vez en la vida, y que además está relativamente cerca de España así que no hay excusa.
Este espectacular monumento fue el Coliseo más grande de la época del Imperio Romano y en un principio se le conocía como el Anfiteatro Flavio. Se construyó entre los años 70 y 72 aunque no se terminó totalmente hasta el año 80, ya bajo el mandato del emperador Tito. A partir de entonces se convirtió en el centro de ocio más importante de la ciudad, y hoy en día sigue siendo el lugar de referencia para todo aquel que visita la capital italiana.
En el Coliseo de Roma había una capacidad para 50.000 personas y allí se celebraban todo tipo de espectáculos, desde batallas de gladiadores hasta luchas entre animales y pasando por ejecuciones o recreaciones de batallas históricas. El aspecto que tiene actualmente, medio derruido, es a causa de los terremotos y otros desastres naturales que hubo en la ciudad, pero es algo que le da muchísimo encanto.
Si vas a visitar el Coliseo, te recomiendo que lo hagas a primera hora de la mañana ya que es cuando más tranquilo puedes estar al haber menos gente. Abre a las 08:30 horas y cierra a las 16:30 en invierno y a las 19:30 en los meses de verano. Lo mejor es que también compres la entrada para el Palatino ya que los dos monumentos merecen la pena y están muy próximos.