Una de las ciudades más bonitas que hay en Portugal es Aveiro, que está 68 kilómetros al sur de Oporto y 58 al norte de Coímbra. Es una localidad orientada principalmente a la agricultura y la pesca, especialmente entre las zonas de la Ría Aveiro y el Río Vouga. Con una población de casi 60.000 habitantes, 15.000 de ellos son estudiantes de la Universidad de Aveiro, una de las más importantes de todo el país.
A esta ciudad se la conoce también como “la Venecia de Portugal” gracias a estar bañada por numerosos canales, puentes y barcos, éstos últimos llamados moliceiros y que son muy parecidos a las típicas góndolas venecianas. El gran encanto de esta ciudad está en sus costas y en sus impresionantes playas de arena dorada, como la de Sao Jacinto, la de Barra o Costa Nova.
En Aveiro hay un clima húmedo y templado que es algo fresco en verano y no muy frío en invierno. En otoño e invierno hace mucho viento, así que es la época ideal para visitarla si te gusta practicar windsurf o kitesurf, además de para hacer una regata o pasear en un velero. En el siglo XVI fue un importante puerto medieval que llegó a dejar la zona muy pantanosa, aunque en el siglo XIX consiguió recuperar toda su comunicación por mar y comenzar a tener el aspecto que tiene ahora.
La ciudad consiguió unas infraestructuras muy importantes gracias a ser una de las sedes de la Eurocopa de Portugal en 2004, teniendo a partir de ese momento un nuevo estadio de fútbol, varios hoteles de lujo y diversas edificaciones que aún hoy siguen teniendo mucho éxito, en parte gracias al esfuerzo que los habitantes hacen por mantenerlas.
En el Convento de Jesús, construido en el siglo XV, está el Museo de Aveiro, uno de los más interesantes de la ciudad y que está dedicado a la Princesa Juana (hija de Alfonso V). La joven vivió desde 1475 hasta que falleció en 1489 para evitar que su padre le impusiera un hombre con el que tener que casarse. Puedes ver varias esculturas y pinturas que te llevan a conocer toda su historia.