La Catedral de San Basilio en Moscú, fue construida por orden de Iván el Terrible para conmemorar la captura de Astrakhan y Kazan. Conocida como la «Iglesia de la Trinidad», el edificio inicial estaba formado por un total de ocho iglesias separadas que se organizaron alrededor de una novena. En 1588 una décima iglesia fue levantada con el fin de venerar a un santo local llamado Vasili (Basilio).
En los siglos XVI y XVII se la empezó a considerar como una imagen terrenal de un Jerusalén celestial. El edificio fue diseñado en forma de llamas hoguera que se alzan hacia el cielo. No hay otro edificio igual en la arquitectura rusa. Durante la época de la Unión Soviética, la catedral fue víctima de atentados ateístas. Fue confiscada a la comunidad ortodoxa rusa y utilizada como una parte del Museo Estatal de Historia a partir de 1928.
Hoy en día, se ha convertido en la parte más importante de la Plaza Roja y Patrimonio de la Humanidad desde 1990. El nombre de «Plaza Roja» viene de la palabra rusa «Krasnaya«, que significa «rojo» y «hermoso». Fue utilizado por primera vez para designar a la Catedral de San Basilio, y luego el nombre extendido a toda la plaza.
Moscú no es la única ciudad rusa que posee este tipo de “Plazas Rojas”. Existen varias ciudades de Rusia en las que a las principales plazas también se las denomina “Rojas”. La arquitectura del edificio y la multitud de colores que la forman, convierten a la iglesia en un monumento universalmente valioso, único y sin comparación.