En Portugal hay una gran variedad de ciudades con muchísimo encanto y mucho que ofrecer a todo tipo de turistas, ya seas de los que quieren pasar varios días en la playa o de los que buscan un turismo histórico y cultural. En el país vecino hay de todo y es por eso que se convierte en el destino ideal para hacer cualquier escapada fuera de nuestras fronteras.
Entre las muchas ciudades que hay está Évora, que no es de las más conocidas pero que todo aquel que la descubre se queda enamorado. Está a una horita de Lisboa en coche y tiene un alto contenido histórico y cultural, como si fuera un museo al aire libre, y es que tiene edificios de tantos estilos que simplemente ir por la calle se convierte en toda una aventura. De hecho, la ciudad es Patrimonio de la Humanidad.
Évora fue casi totalmente devastada por un terremoto en el año 1755 y uno de los pocos edificios que sobrevivieron al mismo fue el Templo de Diana, que se ha convertido en uno de los grandes tesoros de la ciudad ya que se construyó en el siglo II. Otro edificio que consiguió seguir en pie fue el Acueducto de Agua de Prata, que mide 8 kilómetros y que cruza la ciudad de punta a punta.
En el casco histórico de la ciudad puedes visitar la Catedral de Évora, una de las más espectaculares que te puedas encontrar en todo el país y que es de arquitectura gótica. Allí mismo tienes el Museo de Arte Sacro, que tiene piezas religiosas históricas de un valor incalculable, además de varias reliquias. La Iglesia Real de San Francisco está muy cerca y es muy famosa por la Capilla de los Huesos, que es una sala en la que hay cráneos y huellos de varios monjes franciscanos que vivieron en ese convento.
Callejar por Évora es algo fantástico ya que a cada paso te vas encontrando con algo de interés y que tiene muchísimo encanto. Sin duda un destino perfecto para pasar un fin de semana en cualquier época del año, especialmente si te gustan las ciudades medievales. Te aseguro que te encantará.