Roma es una ciudad con mayor contenido histórico del mundo, y es que no cabe duda de que la época de los romanos fue determinante en muchos lugares del mundo, además de que muchos de los grandes artistas de las épocas más importantes eran de allí. Entre los muchos lugares que puedes visitar están las Ruinas Romanas, algo que no puedes dejar de visitar si vas a estar en la ciudad.
Es muy difícil poder decidir cuáles son las mejores ruinas de la ciudad ya que hay muchísimas, así que lo mejor es hacer una selección de las más visitadas y aclamadas para poder visitar al menos las más importantes. Aquí te dejo las mejores ruinas romanas de Roma:
– Coliseo: Sin duda lo más famoso de la ciudad y uno de sus símbolos, una visita imprescindible para trasladarte a otro tiempo y poder imaginarte in situ cómo eran los combates de gladiadores, las batallas o las representaciones teatrales.
– Panteón: Si vas al Coliseo tardarás unos 15 minutitos en ir caminando hasta aquí y descubrir uno de los mejores edificios de la Roma antigua. Fue una iglesia y después sirvió como tumba, y es donde están enterrados algunos de los reyes que tuvo Italia.
– Via Appia: Era la calzada que unía Roma con Brindisi, el que era el puerto comercial más importante de todo el Mediterráneo en aquella época. La Vía comienza en el Foro Romano y pasa por Puerta Capena hasta salir por la Colina de la Muerte. Haciendo este recorrido verás un montón de tumbas, iglesias, baños, templos y puentes en ruinas, una auténtica maravilla.
– Termas de Caracalla: Uno de los baños públicos más famosos de la ciudad y que se comenzaron a construir en el año 212 y hasta 216. En su interior albergaban un jardín, galerías de arte, una biblioteca y una tienda en la que se vendían bebidas y comida. Uno de los sitios más espectaculares que podrás visitar en esta ciudad.
La foto con la que ilustráis el Panteón es en realidad del Partenón (Atenas)….
Hoy en día confundir el Partenón de Atenas, con el Panteón y ubicarlo a unas pocas cuadras del Coliseo romano, es verdaderamente terrorífico. Significa no saber nada de nada. Cuando enseñas por favor, antes aprende, pues tu error lo multiplicas por miles.