Viajar a Dublín


Dublín, la capital irlandesa, tiene muchísimas cosas que ofrecer a sus visitantes. Si bien es cierto que no tiene tantos monumentos o museos interesantes como suelen tener otras ciudades, sí tiene un gran interés en todos los sentidos. Su historia literaria es probablemente su mayor atractivo, además de las calles de ladrillo rojo, la amabilidad de su gente, su naturaleza o los fantásticos bares victorianos en los que parece que regresas varios siglos atrás en el tiempo.

Entre los sitios más interesantes de Dublín está el Spire, una aguja de acero de 120 metros de altura o la National Gallery en la que puedes encontrar impresionantes cuadros de Jack B Yeats. En Suffolk Street, concretamente en St. Andrew’s Church, tienes la Oficina de Turismo de Dublín y allí te informarán de todo lo que necesites, además de recomendarte los principales lugares de interés o cualquier otra actividad en función de tus gustos. Es una ciudad que ha cambiado mucho con el paso del tiempo, convirtiéndose en una de las ciudades europeas más ricas y cosmopolitas, lo que también la convierte en una de las más caras.

Si vas a viajar a Dublín te doy unas cuantas claves para que puedas organizar tu viaje lo mejor posible:

– Si viajas con poco dinero es recomendable que evites los fines de semana ya que el alojamiento esos días es más caro, concretamente las noches de los viernes y sábados.

– El centro de la ciudad no es muy grande así que podrás moverte sin transporte público en esa zona. Para ir a otras zonas tienes tranvía, cercanías y autobuses, aunque los dos primeros son mucho más rápidos.

– El día más grande en la ciudad es el 17 de marzo, San Patricio (St. Patrick), que hay un desfile espectacular y los bares están a tope con todo el mundo bebiendo cerveza.

– Si te compras la Dublin Pass podrás entrar en diferentes atracciones de la ciudad, además de poder viajar en aircoach desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad (el medio más rápido para hacerlo).

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