El famosísimo taxi amarillo (yellow cab) es sin duda alguna el medio de transporte más utilizado y conocido en Nueva York y hay incontables circulando por las calles, así que no vas a tener ningún problema en conseguir uno sea la hora que sea y sea el día que sea. Igual que en cualquier otra ciudad del mundo, con levantar la mano ya es suficiente para que uno se pare. Igual que en España, para saber si están libres tienes que fijarte en si lleva la luz encendida, aunque allí es amarilla y no verde como aquí.
Todos los taxis de Nueva York aceptan el pago con tarjeta, algo indispensable hoy en día ya que no siempre tenemos suelto y en cualquier momento puede surgir la necesidad de coger uno. La bajada de bandera son $2,50 y cada kilómetro recorrido te suele salir por $1,50, aunque de 16 a 20 horas hay un recargo de $1 por hora punta y de 20h a 6 de la mañana el recargo es de $0,50. Si vas a pasar por algún túnel de pago o peaje eres tú quien tiene que pagar el importe correspondiente. El taxímetro siempre debe estar encendido y nunca te pueden cobrar un extra por llevar equipaje.
A los taxistas también se les suele dejar propina, de un 10 a un 15% del total de la carrera, y aunque no es obligatorio sí suele hacerse cuando han sido agradables y amables contigo. Si eres o vas con alguna persona discapacitada y necesitas ayuda, el taxista no está obligado a ayudarte y si no quiere deberás llamar al 311 para solicitar un taxi especial.
Como recomendación, aunque tu inglés sea bueno lleva siempre escrita en un papel la dirección de a dónde vas a ir, ya que hay taxistas de muchas nacionalidades y por muy bien que hables tú a lo mejor das con uno con el que no puedes entenderte, así que para evitar problemas y malentendidos escríbelo. Cuando llegas al aeropuerto ten cuidado ya que hay muchos taxistas ilegales que intentarán estafarte siempre. El precio del aeropuerto JFK a Manhattan es de $45 siempre.