Turismo en Manaos, Brasil


En contra de lo que generalmente se cree, Manaos no está a orillas del Amazonas, sino que se encuentra sobre el margen septentrional del Negro, cerca de donde se juntan los ríos Negro y Amazonas, los más caudalosos del mundo y que forman un verdadero mar en movimiento. Como la densidad de las aguas es muy diferente, no se mezclan enseguida, sino que siguen en paralelo durante muchos kilómetros, cada una de un color, un auténtico espectáculo natural que se pierde por el laberinto de canales del archipiélago fluvial de Anavilhanas, donde todavía se encuentra el manatí el animal que hizo pensar que las sirenas existían y donde se sigue sintiendo la magia que brota del corazón de la selva. Indescriptible.

La fiebre del caucho hizo florecer a Manaos, que es la capital del estado brasileño de Amazonas y el centro físico y mercantil de toda la región. Desde 1967, numerosas compañías nacionales y extranjeras fueron estableciendo aquí sus fábricas, especializadas principalmente en el sector electrónico, lo que convirtió a Manaos en el agresivo centro industrial y comercial de esta gran región.

Un calor sofocante, una humedad de casi el cien por cien y una atmósfera irrespirable es lo que te encuentras cuando sales del avión, así que prepara bien tu ropa y complementos y lleva siempre contigo una botellita de agua. El poder de la jungla se siente aunque no se vea. Si vas a viajar a Manaos podrás encontrar una multitud de destinos apetecibles a los que ir para hacer excursiones y admirar la flora y fauna autóctonas, las enormes extensiones de bosque inundando en la temporada de crecidas o las incontables islas que salpican el río.

También en la propia urbe es posible darse un respiro donde, sin duda alguna, el mejor lugar es el puerto. Lugar de encuentros y tertulias de llegadas y partidas, de tenderetes de peces y frutas, pollos y puerros, arroz y frijoles y un sinfín de baratijas y novedades electrónicas.

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