Casi todos los turistas que llegan a Perú lo hacen para conocer el famosísimo Machu Picchu y para pasar unos días en Lima, la capital del país. Pero afortunadamente hay mucho más que ver y el norte del país ofrece muchísimas posibilidades a los visitantes a pesar de no ser un destino turístico de primer orden.
Uno de los principales tesoros que puedes descubrir en el norte de Perú es Chachapoyas, que es una de las ciudades más antiguas del país y cuenta con una larga historia que además tiene gran influencia por parte de la colonia española. Su gracioso nombre (no me digas que no lo habías pensado), viene de la palabra indígena chachapoyacuno, que significa bosque o montaña de niebla. En esta ciudad puedes ver varias plazas unidas por una calle, la calle Victoria, llamada así en honor a los ciudadanos de allí que desfilaron por ella tras las guerras coloniales. La Fuente Cuyana es un punto muy importante en Chachapoyas, ya que, según cuenta la leyenda, Santo Toribio de Mogrovia consiguió sacar agua de ella cuando la ciudad esta sumida en una profunda sequía. Está en la colina de Luya Urco, al oeste de la ciudad.
En el norte de Perú puedes encontrar otros lugares muy atractivos como la Ciudadela de Kuelap, a una hora en coche de Chachapoyas y a 5 kilómetros de la ciudad de Tingo. Es una maravillosa estructura colosal que tardó unos 200 años en construirse y que está entre los ríos Utcubamba y Marañón, ambos afluentes del Amazonas. Desde aquí puedes poner rumbo a las Cataratas de Gotca, que se encuentran a un par de horas de Chachapoyas y que permanecieron ocultas al mundo hasta el año 2002. Están a más de 800 metros de altura y es la tercera catarata más alta del mundo. Allí tienes un paisaje espectacular que puedes disfrutar haciendo una de las rutas de senderismo que hay disponibles y que suelen durar tres horas que sin duda merecen la pena.