Si vas a estar en San Francisco, además de visitar el famosísimo Golden Gate o sus calles con cuestas interminables, te recomiendo totalmente que vayas a Alcatraz, la famosa cárcel utilizada en los años 30 y que fue prisión federal más o menos hasta que comenzó la década de los 60, que fue cuando el fiscal Kennedy, hermano del famoso JFK, decidió cerrarla por cuestiones presupuestarias. Uno de los presos más famosos que pasó por allí es Al Capone. Actualmente es lugar de culto y escenario de multitud de películas, además de un lugar de interés que millones de visitantes pisan cada año.
Ir hasta allí te llevará un poquito de tiempo, ya que está en una pequeña isla descubierta en 1775 y a quien Juan Manuel de Ayala, su descubridor, le dio el nombre de “La isla de los Alcatraces”, pero sin duda el desplazamiento merecerá la pena. En primer lugar, organiza bien la excursión. Tienes que madrugar. Los ferries a Alcatraz salen durante todo el día desde el Fisherman’s Wharf, pero es mejor ir bien tempranito ya que por la tarde las aguas de la bahía suelen estar un poco revueltas.
Una vez en la Prisión de Alcatraz, organiza bien el tiempo que tienes para poder disfrutarla al completo. A simple vista te parecerá pequeña pero te aseguro que hay mucho que ver y mucha historia que descubrir entre sus paredes. Si a la hora de comer aún no has terminado, haz una pausa para sentarte a comer disfrutando de las espectaculares vistas que hay de San Francisco.
Para no perderte nada, lo mejor es que te cojas el audioguía en español, ya que aunque hay guías que lo explican todo, hablan muy rápido para dar mucha información y es posible que te pierdas muchas partes interesantes. Caminar entre sus muros te traslada a la época en la que las celdas estaban llenas y está ambientada con los sonidos que habían antaño y que si estás mirando una celda en un pasillo vacío, impresiona oír como si se bajaran las rejas. Por supuesto, la cámara de fotos con la batería a tope.