La espectacularidad del Monte Athos, en Grecia


La República Monástica de Monte Athos es un recuerdo de los tiempos del imperio Bizantino en la Europa actual. Veinte monasterios ortodoxos se agrupan en una Península sin acceso terrestre a la cual únicamente puedes llegar por mar y donde desde hace mil años no se autorizado la entrada de ninguna mujer. No saben lo que se pierden. Por lo tanto, si eres hombre, eres afortunado. Saltar a bordo del barco en Ouranópolis es emprender un viaje a la antigua Europa medieval que se quedó congelada en el tiempo. Es como un peregrinaje por el único lugar del Mediterráneo que ha mantenido la tradición monástica de los antiguos eremitas. Siguiendo con el recorrido en barco, te encontrarás por el camino algunos monasterios: el de Dochiatiou, el de Xenophontos… Todos parecen espectaculares fortalezas entre el mar y la espesura, auténticas fortalezas espirituales para cobijarse del mundanal ruido.

Desde el puerto de Dafne, un camino te conduce a Karyes, la capital de la República, la sede de las autoridades, al menos de las más importantes. Allí puedes empezar a visitar los monasterios, alojarte en ellos y compartir comida y tareas con los monjes, una increíble aventura hacia lo desconocido en donde descubrirás un mundo de lo más especial. Caminar de monasterio en monasterio por senderos centenarios, admirar su arquitectura antigua, perderse por bosques intactos y sentirse pequeño ante la mole del montaña y ante su increíble historia. Algunos de los monasterios conservan tesoros bizantinos y reliquias únicas como los ropajes que llevaba la Virgen en el momento de la crucifixión.

En el extremo de la Península, de unos sesenta kilómetros de longitud, surge del mar el imponente monte Athos, una gran pirámide rocosa que tiene unos dos mil metros de altura. Allí todo es diferente, incluso para saber la hora. Allí los días empiezan cuando el Sol se pone.

Grecia,
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