Amberes se ha convertido en el lugar preferido por los magnates de la moda, las reinas de los clubes nocturnos, los amantes del arte y los comerciantes de diamantes. La capital de Bélgica tiene un nuevo aire fresco donde uno se puede deleitar con la fama y las fortunas de otras personas. Lo más característico de la ciudad: su atemporalidad.
El centro es bastante antiguo. Está construido alrededor de la catedral más imponente del país que sigue siendo tan hermosa como lo era hace siglos. Encontrarás bonitos escondites por sus calles empedradas y pequeñas callejuelas con un sinfín de de restaurantes y bares, tiendas de antigüedades, galerías de arte, tiendas de chocolate, boutiques de grandes diseñadores e importantes joyerías.
En pocas palabras, podríamos decir que Amberes es una de las ciudades del mundo más indicadas para derrochar dinero. La ciudad entera se parece a un museo de arquitectura gracias, principalmente, a su fortaleza medieval que se encuentra a orillas del río frente al mar. Lo más distintivo es su arquitectura barroca y gótica flamenca. La ciudad fue el hogar de Pieter Paul Rubens, el artista más grande del norte de la Europa barroca. Una visita a su casa y a su estudio en el centro de la ciudad te permitirá hacerte una idea de cómo era su fabulosa vida.
La moda, ha convertido a Amberes en un gran imán para los compradores. Para una ciudad de su tamaño, cuenta con un gran número de tiendas de los diseñadores más de moda que te puedas imaginar. También, gracias a esta modernización, la cultura gay está muy presente. La denominada “cultura de club” se ha ido ampliando con el paso del tiempo y se realizan infinidad de fiestas.