Existen lugares en el mundo de los que, tal vez, no hayas oído hablar nunca. Este es el caso de Tuvalu. Viéndola desde el cielo, podríamos decir que esta isla es como un espejismo en medio de la inmensidad del Pacífico. Esta pequeña isla, está cubierta por una franja de palmeras que la convierte en un lugar mucho más misterioso.
Si decides pasar tus vacaciones allí, deberás darte prisa ya que el tema del calentamiento global preocupa mucho a los científicos puesto que sólo se encuentra a 5 metros del nivel del mar, lo que podría hacer que este mini-paraíso desapareciera. El tiempo transcurre lentamente en la zona. El sol es el único protagonista del lugar y en cuanto empieza a asomar, se debe buscar rápidamente una sombra en la que cobijarse.
Llega a hacer tanto calor en la zona que, a veces, es imposible moverse o pensar rápido. Relájate y disfruta de la falta de ajetreo y bullicio. Prepárate para tener que adelantar principalmente bicicletas y para que tus pies se transformen en el mejor medio de transporte que puedas encontrar. Antiguamente era conocida con el nombre de islas Ellice tiene una extensión total de 25 kilómetros cuadrados.
No te “saltes” la siesta ni las espectaculares puestas de sol. Su moneda oficial es el dólar de Tuvalu que equivale a unos 50 centavos de dólar en Nueva Zelanda. Sólo hay un banco que se encuentra en la capital, Funafuti. Olvídate de las tarjetas de crédito ya que sólo se acepta el pago en efectivo.