Japón es uno de esos destinos que suelen llamar la atención. Es un país que tiene numerosas cosas de las que deberíamos aprender, como por ejemplo la educación de su gente o la limpieza de sus calles, algo que evidentemente es fruto del trabajo de muchos años en escuelas.
El caso es que el país del sol naciente puede ofrecer al turista auténticas maravillas que nadie debería perderse, como lo son las que mencionamos brevemente en este artículo. ¿Te apetece conocerlas para que vayan directas a tu wishlist?
Tokio, la capital
A nadie se le ocurriría viajar a Japón sin dejarse ver por la capital del país, Tokio. Se trata de una ciudad que mezcla lo moderno con lo tradicional en sus más de 2.000 kilómetros cuadrados de superficie, donde viven unos 14 millones de personas que hacen que a veces sea complicado moverse por sus calles sin tener que esquivar personas continuamente.
Lo más bonito es contemplar la mezcla que han creado con el paso de los años, donde la parte más antigua, la de los templos sagrados, contempla con asombro la parte más nueva, la de los enormes rascacielos. Además de disfrutar de sus iluminadas calles, es muy recomendable subir hasta lo más alto de la Torre de Tokio, que con sus 333 metros de altura ofrece unas vistas espectaculares.
Kioto y el amor a primera vista
Los más románticos de lo tradicional tienen claro que la visita a Kioto es obligada. Su historia se ha escrito a lo largo de muchos años y buena prueba de ello son los más de 1.600 templos y santuarios que forman parte de su legado. El barrio de Gion, con sus calles empedradas y sus casas de madera, son el refugio perfecto de unas discretas geishas que tratan de pasar desapercibidas ante los turistas paseando por sus calles.
Osaka, un regalo para los sentidos
Osaka es una ciudad ideal para disfrutar de Japón al máximo. Lo es porque puede despertar nuestros sentidos, especialmente el del gusto y el del olfato. ¿Por qué? Pues porque la oferta culinaria es muy variada en todos los sentidos. Puedes ir a lo barato y comer muy bien visitando varios puestos callejeros, pero también puedes tirar de cuenta corriente para degustar los mejores platos de restaurantes de mucho nivel. Todo ello sin dejar de explorar lo que se venden en mercados como el Kuromon Ichiba, donde encontrarás frutas exóticas, dulces tradicionales y el mejor marisco de la zona.
Nara, un idilio con la historia
No es de esas ciudades que a uno se le vienen a la mente cuando piensa en Japón, pero lo cierto es que Nara tuvo el privilegio de ser la primera capital del país asiático. Allí podrás contemplar la belleza de numerosos templos y santuarios, pero también podrás hacerte amigo de los más de 1.000 ciervos sagrados que campan a sus anchas en el Parque de Nara. Y cómo no, tampoco puedes perder la oportunidad de visitar el enorme buda de bronce ubicado en el Templo Todai-ji, que te dejará con la boca abierta gracias a sus imponentes dimensiones.