Italia es un país muy turístico. A pesar de recibir a miles de turistas cada año, su apertura hacia el exterior continúa imparable ofreciendo más destinos y posibilidades de recorrer sus rincones y vivir experiencias únicas. Es el caso de la región de la Puglia, que últimamente se está poniendo de moda. Razones no faltan porque es una parte de Italia, la conocida popularmente como el tacón de la bota, con numerosos puntos de interés. Es una región realmente sorprendente de la que destaca su carácter enérgico y hedonista en la que se percibe la influencia de los mares Adriático y Jónico. Dentro de ella, uno de los lugares que conviene visitar es Bari. Su principal capital, pero no es el único motivo para ir allí. Es una localidad muy atractiva y con mucho para ver y hacer.
Bari
Bari es la capital de la región de la Puglia. Un motivo por el que se encuentra el aeropuerto principal, siendo habitual que sea el punto de partida o bien el final de todos los itinerarios de la región. No obstante, es un destino excepcional por sí mismo.
Dentro de ella, visita obligada es su casco antiguo. Conocido como Bari Vecchia, puede verse la Italia más tradicional con la ropa colgada de los balcones y los altares con flores dedicados a los santos locales. Todo ello se mezcla con el olor a ragú, una salsa de carne para la pasta muy popular en esta zona. Es un aroma que sobre todo se percibe que sale de las ventanas a las horas de la comida. En sus calles, hay otras escenas típicas que no faltan como los grupos de hombres que juegan a las cartas en la calle.
Bari también es muy conocida por sus iglesias. Se contabilizan más de 40 tan solo en su núcleo. Entre las más importantes está la Basílica de San Nicolás. En ella, hay que fijarse en su estilo románico, que se preserva a lo largo del tiempo y de los años, puesto que fue construida alrededor del año 1.000 para albergar las reliquias de San Nicolás.
Esta basílica es hoy en día un lugar de peregrinación. Este acto tiene lugar en el mes de mayo, fecha en al que los peregrinos veneran a este santo con la celebración de una gran fiesta llena de color, oración y platos tradicionales.
Cerca de la basílica, y continuando por su casco antiguo, está la calle Arco Alto. Su importancia radica en que las madres y abuelas del barrio se reúnen en las puertas de las casas para elaborar las orecchiette y cavatelli. Estos nombres se corresponden con los de dos tipos de pasta fresca. Es muy interesante ver cómo se hace la masa y se trabaja para elaborar la base de los platos típicos de la zona.
Otro de los grandes atractivos de Bari es el castillo normando-suevo, que data del siglo XII, aunque fue ampliado posteriormente hasta el siglo XVI. Cerca también se encuentra el Teatro Margherita, de estilo modernista del que llama la atención su construcción sobre el agua. Además, es un teatro que está en activo, aunque su actividad principal se centra en albergar exposiciones en la actualidad.
Desde este enclave se ve otro de los edificios más importantes de Bari: el teatro Petruzzellis. Al igual que el anterior, el agua cobra protagonismo en este entorno en el que se observa la llegada de los barcos de pescadores y cómo descargan los pescados capturados que se proporcionan a los restaurantes.
Esta entrega de pescados y otros productos marinos es conocida popularmente como sushi bar. Es curioso ver también las distintas especies como erizos, mejillones, gamas rojas y sepias frescas que se comen crudos o simplemente aderezados con unas gotas de limón.
Y, por supuesto, en Bari no hay que perderse su paseo marítimo o lungomare para recorrer la costa, al igual que callejear por las distintas calles.
Gastronomía
Bari es una ciudad italiana por lo que la pasta es uno de los platos principales. Pero, al ser un pueblo pesquero, las posibilidades son mayores. A esas propuestas se suman otras como la sgagliozze o polenta frita, el panzerotti o empanadas de tomate y mozzarella y los focaccia, entre otros.