Jamaica, un destino más allá del sol y playa

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Jamaica suena a sol y playa y a la música de Bob Marley. Pero este país es mucho más. Por supuesto, si se viaja a él, se puede seguir el itinerario típico turístico de ver y estar en las playas paradisíacas. Aún hay más. La isla tiene muchos atractivos sin tener que dejar de ver el paraíso. ¿Qué puede hacerse? Aquí te contamos algunas propuestas atractivas que puedes tener en cuenta al preparar tu viaje.

Qué ver

Dentro de los parajes naturales, una buena opción es la Laguna Luminosa de Glistening Waters, en Bush Bay, en Falmouth. Es muy llamativo ver como por la noche, si se mueve el agua del ago, se vuelve fosforescente. Esto se debe a los microorganismos que viven en su ecosistema, que brillan y provocan una luz de color azul. Es un atractivo que puede verse desde un barco, aunque también es posible darse un baño a la luz de la luna.

Otro de los enclaves a visitar es el Parque Nacional Blue Montains. Aquí se encuentra una cordillera con picos que superan los 2.000 metros de altura. No obstante, no hace falta escalar, ya que es posible pasear por los bosques y ver las cerca de 500 especies diferentes de flores. Sin duda alguna es uno de los enclaves más bellos de Jamaica que se puede ver a pie para caminar o bien navegar por el Río Grande en balsas de bambú.

Otra de las maravillas de la isla son las Cascadas del Río Dunn. Son realmente impresionantes, al igual que las cataratas de YS. Además, están en un entorno sin igual porque están cerca de Ocho Ríos y del mar. Es espectacular ver cómo cae el agua por las superficies que conforman las rocas de travertino como si fueran escaleras. Y en este paraje es posible bañarse en las pozas naturales. La ventaja, además, es que no suele ser un lugar muy concurrido por los turistas, ya que no suele formar parte de las excursiones, pero desde luego bien merece una visita y, si las condiciones lo propician, un buen baño relajante.

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Y seguimos en el recorrido por Jamaica con el recorrido por enclaves singulares con la siguiente parada en Green Grotto Caves. Como su nombre indica, son unas cuevas, pero no unas cualquiera. Son las más grandes y accesibles de la isla. Aquí se pueden ver las estalactitas, estalagmitas y murciélagos.

Merece la pena también fijarse en su lago subterráneo cristalino que conforma otro de los grandes atractivos de la zona norte de la isla. Queda cerca de aquí una parroquia, la de Saint Ann, cuyo nombre proviene de las algas verdes que se observan en las paredes. Aquí se refugiaron de los españoles.

Y no se puede dejar Jamaica sin ir a la cueva Runaway, que está abierta al público. En este caso, su principal atractivo es su historia, puesto que datan de hace casi medio millón de años.

La ruta también nos lleva hasta el puerto de Kingston para visitar Port Royal, conocida popularmente como la ciudad más malvada del oeste. Esta zona fue territorio de piratas por lo que no le falta encanto y unas buenas dosis de misterio y leyendas en torno a estos marineros.

Al margen de esto, ahora se pueden ver tesoros arqueológicos si se bucea que han quedado más visibles tras el gran terremoto que la destruyó en 1692. Igualmente, se puede visitar el fuerte Fort Charles, que data del siglo XVII y que fue construido por los ingleses tras tomar la isla.

Muy cerquita, a unos 15 minutos en barco, se encuentra una pequeña isla. Es Lime Cay, que es uno de los destinos ideales para bañarse o bucear. Entre sus atractivos está que es una isla no habitada porque queda sumergida por la marea. Esto no impide que sea uno de los destinos favoritos para hacer alguna escapada tanto por parte de turistas como de ciudadanos locales.

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