En España hay numerosos pueblos y todos tienen mucho encanto y algún atractivo. Sin embargo, unos son más llamativos que otros o más bien podríamos decir curiosos. Es el caso de Porís de Candelaria, que se encuentra en las Islas Canarias. Un archipiélago lleno de numerosos puntos turísticos y otros que, quizá, sean menos conocidos, pero que hay que ver. Y este municipio es uno de ellos, ya que tiene la particularidad de estar dentro de una cueva y estar casi bañado por las aguas.
El pueblo
Porís de Candelaria es un pueblo situado en la Isla de la Palma, en su parte oeste. Anteriormente no era uno de los más populares, pero ha saltado a la fama a raíz de la erupción de su volcán, despertando un mayor interés por su territorio. Y es que no es para menos porque es una zona con mucho encanto, ya que esta localidad es una de las partes más antiguas y está dentro de formaciones rocosas de lava y de laderas formadas por este material.
Cuando se llega a Porís de Candelaria, lo primero que se ve es que las casas están bajo una semicúpula rocosa de origen volcánico. Son viviendas que ahora están más dedicadas al uso vacacional durante el verano, siendo un destino bastante distinto para disfrutar de las vacaciones, huir del calor y olvidarse del estrés y de todo.
De hecho, es un destino ideal para huir de todo porque no hay nada más que las casas de vacaciones. No existen ningún restaurante ni bar. Tampoco hay conexión a Internet. Pero todo esto forma parte de su encanto entre los que hay que incluir el contacto directo con el entorno natural y el agua, así como las magníficas vistas como el atardecer que se ve desde su interior.
Además, si se está al lado del nicho de la Virgen del Carmen, se observa que la abertura de la cúpula dibuja la silueta del mapa de La Palma en el cielo. Es sin duda toda una experiencia única.
Cómo llegar
La llegada a Porís de Candelaria es también ya de por sí toda una experiencia, puesto que hay unas formas concretas de llegar hasta allí. Una de las más habituales es desde el pueblo de Tijarafe. Desde ahí se coge la carretera LP-1, en dirección norte, teniendo que dirigirse hacia el mar. Es posible acceder de este modo tanto con coche propio como de alquiler. Durante este recorrido hay que tener cuidado porque, tras Tijarafe, se produce una desviación empinada, con una vía estrecha y llena de curvas. También hay que estar muy pendiente porque la señalización no es buena.
Para aquellos amantes del senderismo, otra opción es ir a pie. En este caso, se debe seguir la ruta circular PR LP 12.2 Tijarafe. No obstante, cabe aclarar que son más de 10 kilómetros andando, contando ida y vuelta. Es un recorrido con desniveles y con una duración de algo más de cuatro horas, aunque todo depende del ritmo que se lleve. Durante la ruta senderista, se observan parajes de gran belleza como el Monumento Natural del Barranco del Jurado en el que hay diversas formaciones geológicas muy curiosas. Son las llamadas o conocidas como juras. Además, se va viendo la costa acantilada hasta que se llega al municipio.
Y, finalmente, otra opción para llegar allí es a través del mar, es decir, navegando. Esto permite ir viendo toda la costa acantilada y observar bien la cueva desde el agua, viendo como las casas están bajo ella. El recorrido también tiene mucho encanto puesto que, en ocasiones, se pueden avistar delfines y ballenas.
En este caso, el recorrido parte del Puerto de Tazacorte. Desde allí hay varias empresas de navegación que ofrecen el recorrido hasta esta localidad. Durante el trayecto igualmente se observan otros parajes o enclaves de interés como la Playa de la Veta, o la Cueva Colorada. También se observa la Cueva Bonita a la que solo es posible acceder por mar.