Sevilla tiene un color especial, y muchas veces ese color no es otro que el blanco. Lo vemos en la propia ciudad, pero también en muchos pueblos que forman parte de la provincia andaluza.
En este artículo vamos a proponerte una ruta por algunos de esos municipios que destacan por el blanco de sus fachadas, el mismo que les permite destacar a kilómetros de distancia. ¿Te vienes a verlos?
Constantina (6.000 habitantes)
En este pequeño pueblo de la Sierra Morena puedes disfrutar de sus casas encaladas, que comparten espacio con mansiones señoriales y un bonito castillo que fue nombrado Bien de Interés Cultural en 1985. En el pasado fue un enclave estratégico debido a su ubicación, ya que se encuentra justo donde coincidían las vías que conectaban Lusitania y el Valle del Guadalquivir. Su riqueza gastronómica y su patrimonio bien merecen una visita para disfrutar del entorno.
Lebrija (27.000 habitantes)
Hablar de Lebrija es hablar de un municipio bastante grande si lo comparamos con otros pueblos de la zona. Está situado justo en el límite con la frontera de Cádiz, y de hecho está un poco más cerca de Cádiz ciudad que de Sevilla ciudad. Es una tierra que ha encumbrado a numerosos alfareros y artistas de flamenco, que es sin lugar a dudas una de sus razones de ser. De hecho, el cantaor Juan Peña El Lebrijano y el pianista David Peña Dorantes nacieron allí. Normal que en sus calles repletas de casas blancas se celebre cada año un festival flamenco con más de 40 años de antigüedad llamado La Caracolá Lebrijana. Aparte de eso, también vale la pena degustar sus platos típicos, como por ejemplo las habas corchas o el ajo refrito.
Sanlúcar la Mayor (14.000 habitantes)
Otro pueblo que no hay que perderse es el de Sanlúcar la Mayor, que como no podía ser de otra forma también está protagonizado por casas encaladas que iluminan sus calles. Además, paseando también podrás ver edificios históricos como la casa de la Cilla del Cabildo, que es del siglo XVIII. La Iglesia de San Pedro del Castillo es otro de los puntos de obligada visita, como también lo son las murallas Almohades, que fueron construidas en el siglo XIII. Y cómo no, entre caminata y caminata también merece la pena pararse a degustar platos de la cocina local como las sopas de conejo y tomate, la caldereta al estilo Sanlúcar o las cabrillas con jamón.
Carmona (28.000 habitantes)
Carmona también merece estar en esta lista por la gran cantidad de casas blancas que engalanan sus calles. No son pocos los monumentos que se dejan ver y que demuestran que no son pocas las culturas que se asentaron allí dejando su huella. La necrópolis romana y los monumentos de carácter renacentista y mudéjar nos dan buena cuenta de ello. Cuenta con más de 5.000 años de historia y es conocida como el lucero de Europa. Monumentos, templos y restos arqueológicos hacen que quieras llevar la cámara siempre a mano mientras recorres sus calles laberínticas.
Cazalla de la Sierra (5.000 habitantes)
Conocida a nivel nacional por sus aguardientes y sus vinos, Cazalla de la Sierra es un pequeño pueblo de la provincia de Sevilla que te invita a pasear por sus calles empedradas a poca distancia de un frondoso bosque mediterráneo. No te puedes perder la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación y lo que queda de su castillo, además de visitar la plaza del Concejo, donde Felipe V decidió alojarse en 1730 para dejar atrás sus depresiones buscando descanso y tranquilidad.
Osuna (17.000 habitantes)
Por último, y no por ello menos recomendable, el pueblo de Osuna también merece estar en esta lista. De hecho, suele ser uno de los favoritos de los turistas, lo que explica que sea probablemente el más visitado de todos los que estoy mencionando. Eso se debe también en gran parte a que fue uno de los escenarios de la exitosa serie «Juego de Tronos«, pero también a sus casas encaladas ubicadas en calles como la de San Pedro, que para algunos es una de las más bonitas de España. Paseando podrás apreciar la belleza de palacios como el del Marqués de la Gomera, del siglo XVIII, y también casas señoriales como la Casa de los Torres o la Casa de los Rosso.