El Algarve es una de las zonas más turísticas de Portugal. En los últimos años, está creciendo el interés en esta parte del país por sus magníficos pueblos y playas, así como por las maravillosas vistas que se observan desde la parte sur del país luso. Pero, ¿dónde están esos puntos? ¿Qué hay que ver? ¿Merece la pena? La verdad es que sí merece la pena ir a pasar unos días o una estancia algo más larga para conocer zonas con mucho, mucho encanto.
Los miradores
Una de las paradas obligadas en este recorrido para disfrutar de las mejores vistas y panorámicas es Sagres. En esta zona se localiza el Cabo San Vicente. Desde aquí se observa uno de los atardeceres más bellos del mundo, ya que el sol rojo se funde en las aguas del Océano Atlántico. Esto hace que la luz se coloree de anaranjado a púrpura hasta extinguirse. Una vista en la que los afilados acantilados contribuyen a esta espectacular imagen.
Es una zona que también se puede ver en de día porque igualmente es un paisaje bello e, inmenso, que se divisa entre las escarpadas paredes estrellándose en el Atlántico y playas escondidas que son un auténtico deleite para hacer su agosto.
La Costa Vicentina ofrece numerosas vistas para disfrutar con mucha tranquilidad y silencio cuando ya no se está tan cerca de las rutas más turísticas. Una de las mejores paradas es la playa de Arrifana, que es una de las más buscadas y preferidas de los amantes de las olas.
Aquí se encuentra, en la cima de un acantilado, el mirador de Arrifana que justo, además, está en una roca gigante en medio del Atlántico. Es la conocida como Pedra de Agulha.
Otra de las paradas obligadas en esta ruta es el Mirador de Castelejo, que ofrece una ubicación privilegiada para disfrutar de una panorámica sublime de toda la franja costera. Desde esta parte igualmente se observan unas magníficas puestas de sol.