En más de una ocasión, ya hemos hablado de recorridos por los ríos y, en concreto, por el Duero. Y es que atraviesa muchas localidades que bien merece la pena ver por su historia y atractivo. De hecho, seguir su curso es una manera de conocer el paso del tiempo en tierras de España que forman parte de los anales de la historia.
La ruta
El río Duero permite hacer numerosas paradas. Esta vez, vamos a hacer parada en Haza, que está cuando se sigue la ruta hacia Tordesillas. En este enclave no hay que perderse su torreón, que es realmente impresionante, además de disfrutar de unas espectaculares vistas.
Y, aunque este pueblo ya tiene pocos habitantes, lo cierto es que merece la pena ver las casas, ya que se conservan a pesar del paso del tiempo, conformando un gran conjunto muy armónico. No hay que dejar esta localidad sin probar su gastronomía. ¿Qué es lo mejor? Las opciones son diversas, pero, por supuesto, hay que probar la morcilla, el chorizo y el cordero, que se puede acompañar de una buena ensalada.
El camino nos sigue llevando a Tordesillas, localidad conocida por el Tratado de su mismo nombre. Las Casas del Tratado albergan documentos de la época, así como las maquetas de las tres naves con las que Colón navegó rumbo a América.
Otros atractivos en esta localidad son el Real Monasterio de Santa Clara, situado en la plaza Mayor, así como el puente medieval de diez ojos. También pueden verse restos de la muralla que rodeaba toda la villa en la antigüedad, así como la antigua casona-palacio-cárcel en la que la reina Juana estuvo encerrada 46 años.
Y otra visita obligada es el castillo de Monte la Reina, que es un palacio de estilo neogótico que data del siglo XIX y que está decorado con estilo vanguardista y contemporáneo. Hoy en día se puede dormir en él, aunque solo tiene ocho habitaciones, si bien están totalmente equipadas manteniendo su esencia.