La capital del entretenimiento mundial. La ciudad del pecado. La ciudad de las segundas oportunidades. La capital mundial del matrimonio. Seguro que todas estas definiciones les suenan y les vienen a la cabeza cuando piensan en Las Vegas. La ciudad estadounidense más grande del estado de Nevada y uno de los principales destinos turísticos en todo el mundo. Y que probablemente destaca por el juego y por sus casinos. Así es conocida por todo el planeta. El sitio al que irías a gastar toda tu fortuna en la gran nómina de casinos que tiene al alcance del público. Pero realmente es algo más que esto.
En Las Vegas conviven alrededor de algo más de medio millón de personas, que pueden llegar a ser unos dos millones si tenemos en cuenta todo su área metropolitana. Y ciertamente no toda su población vive en alojamientos lujosos, cera del Strip o rodeados de tragaperras, ruletas y mesas de juegos variopintos. También hay una cara oculta donde hay personas que viven mejor y otras que viven peor. En todas las ciudades ocurre, también en las más idealizadas. Y para toda esa gente obligada a llevar otro tipo de vida alejada del glamour también hay actividades interesantes. Y todos aquellos que quieran descubrirlas sean bienvenidos.
¿Por qué no se conocen tanto? Ciertamente es complicado poder separar Las Vegas del ambiente de los casinos y el juego como tal. La ciudad del pecado debe parte de su encanto a los sonidos de los salones de juego y a los eventos mundiales organizados en torno a juegos como el poker. Su gran cantidad de visitantes dependen también de ello. Para los menos familiarizados con el tema, lo que Barcelona es para España con el poker, Las Vegas lo es para Estados Unidos. La auténtica capital de las apuestas donde están las mejores salas, los mejores torneos y el mayor movimiento de naipes.
Y no solo con los naipes, con todo lo que vinculemos y relacionemos con el juego. Pero por esta vez tratamos de alejarnos de ello y encontrar alternativas útiles que sirvan como experiencias enriquecedoras cuando viajemos al sur de Nevada. Seguro que les sorprende.
Visitar la fábrica de chocolate Ethel M
Para comenzar qué mejor que escoger un plan en el que ni si quiera tengas que gastar un euro. Si eres amante del chocolate y has salido de tu zona para probar de otras partes del mundo, puede que te hayas topado con las delicias de Ethel M. Si es así podrás comprobar la manera en la que las elaboran, que es un auténtico espectáculo digno de presenciar. Y sino pues ya tienes la excusa perfecta para ir a probarlos, pues ofrecen catas gratuitas.
La familia Forrest Mars lleva elaborando estos dulces desde cero y en su propia cocina durante décadas, pero el volumen de negocio les obligó a mudarse en 1981. Apenas a quince minutos del Strip y con posibilidad de añadir una visita guiada tanta a la fábrica como al jardín botánico de cactus de su interior, es una buena opción para familias.
Escalar en el Red Rock Canyon
Para personas que sean algo más aventureras amantes del senderismo y la escalada, acudir al Red Rock Canyon es una buena posibilidad. Más que nada porque a primera hora de la mañana se pueden conseguir instantáneas fabulosas en un recorrido que no tiene una gran dificultad y que no suele ser especialmente caro. Si realizas un tour organizado lo pasarás realmente bien.
El cañón está situado en un área de conservación natural protegida y que destaca por sus grandes picos rojizos y paredes de piedra. Te tocará conducir por una carretera muy popular entre cicloturistas, pero está bastante cerca del centro de Las Vegas.
Lanzarse desde la Stratosphere Tower
Y si el Red Rock no es suficiente para ti, siempre puedes explorar tus límites con un salto al vacío desde la impresionante Stratosphere Tower de 350 metros de altura. La torre pertenece a un hotel y casino del mismo nombre, pero en un su azotea incluye observatorios, un restaurante y varias atracciones desde las que realizar esta clase de actividades.
Si estás alojado en la torre no solo tendrás unas vistas impresionantes de la ciudad y alrededores, sino que podrás realizar estos saltos de forma gratuita. Si no deberás pagar una entrada que no supera los 20 dólares.
Pasar por una sesión de spa
Si algo requiere una ciudad con tanta vida y movimiento como Las Vegas es proporcionar también momentos de relax, paz y tranquilidad. Y en ese punto los casinos y establecimientos compiten por atraer a la clientela. Las ofertas de sesiones de spa y técnicas de masaje o aromaterapia están a la orden del día y cuentan con una feroz competencia que al que beneficia es al turista.
Desde aguas termales hasta saunas, pasando por piscinas exteriores con chorros de agua y tratamientos de salud y estéticos de todo tipo. Si vas hotel por hotel observando, no sabrás ni por cual decantarte.
Disfrutar de espectáculos de circo
El circo es algo que lleva ligado a Las Vegas casi desde su aparición. En los salones donde se buscaba atraer mediante espectáculos no faltaba un hueco para esta combinación de números extremos, música y belleza. Las presentaciones del Cirque Du Soleil son habituales y serán fijas si acudes en una etapa que sea proclive para el turismo.
Esta es una buena opción para pasar en familia, en horario nocturno y con el espectáculo de las luces del Strip de fondo.