Al abrir folletos de vacaciones, leer páginas de revistas o consultar páginas de viajes en Internet… aparecen siempre unos preciosos paisajes y, sobre todo, unos hoteles, alojamientos o villas espectaculares, que invitan a soñar y dejar volar la imaginación. Muchas de ellas están situadas a pie de playa o en sus inmediaciones. Hablamos de las villas privadas, pero en las que tienes numerosos servicios –tantos o más como en un hotel- para disfrutar de las vacaciones a lo grande y no tener que mover ni un solo dedo. Y, ¿qué opciones hay? Aquí van unas cuentas propuestas.
Villas en el mar
Una de las mejores villas para desconectar y parecer que se está en el paraíso es Joali Maldivas, que cuenta con 73 villas privadas sobre el agua con acceso privado al mar. Todas ellas tienen estancias diferenciadas, aparte de tener terraza con piscina. Además, también se dispone de servicio de mayordomo durante las 24 horas del día.
En este emplazamiento se pueden hacer diversas actividades como yoga al atardecer o tomar el sol en una red que hay sobre el agua. Y, para quienes lo deseen, el desayuno se puede degustar vistiendo un kimono de seda.
Otro posible destino es The Sanchaya, que es un hotel de inspiración colonial, que está situado en la isla de Bintan, en Indonesia. Este hotel está formado por villas privadas como Vanda Villa, que está frente al mar y rodeada de jardines tropicales. De sus instalaciones, destaca la piscina infinita privada y el servicio personal 24 horas.
Pero no hace falta irse tan lejos para disfrutar de estos placeres de lujo. En Portugal, está The Octavos, un resort de Cacais en el que destaca The Forte, que se halla entre la naturaleza y el Océano Atlántico. Entre sus principales atractivos, está la piscina exterior de agua marina. Y, por supuesto, cuenta con mayordomo personal.
Y, para los amantes del continente africano, una excelente elección es la 26 Sunset Villa, que está situada en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Una villa que cuenta con piscina climatizada al aire libre, sala de vapor y cine privado. Evidentemente, no falta el mayordomo y el chef privado para comer lo que se desee en cualquier momento.