La Costa Brava es uno de los destinos más turísticos de España. Y razones no faltan para visitarla porque es una excelente combinación de montaña, naturaleza y playa, pero también de historia, cultura y tradición. Un claro ejemplo de todas estas posibilidades turísticas es Cadaqués, un municipio que está considerado como uno de los más bellos de este enclave mediterráneo y que suele ser visitado por un turismo, que podríamos definir como más selecto. Es un pueblo en cuyas calles bien merece la pena perderse.
Casco antiguo
Además de la vista de la playa y del pueblo cuando se llega por mar a este municipio, es importante recorrer su casco antiguo y sus calles, que parecen un laberinto. También se debe visitar el antiguo baluarte, que se conserva y que formaba parte de la muralla.
Durante la visita, hay que fijarse en el rastell, nombre que recibe el antiguo pavimento del pueblo y que está hecho a mano con piedras extraídas de la orilla del mar, que deben su característica forma al vaivén de las olas sobre ellas. Para observarlo en todo su esplendor, una buena opción es ir a la calle del Call.
Dentro del casco antiguo, en su punto más alto, se halla la iglesia de Santa María de Cadaqués desde se observa una vista preciosa de toda la bahía. Este templo, que se inició en el siglo XVI, es de estilo gótico tardío, observándose en él elementos que se construyeron más tarde como la parte de la nave más cercana al frontis –ahí hay un arco de punto redondo y rosetón-, que es del siglo XVII o la llamada Capella Fonda, que es de los siglos XVII-XIX.
El retablo barroco de 23 metros de altura y que está dedicado a la Virgen de la Esperanza es otro de los elementos destacados de esta iglesia, aunque también merecen ser vistos el resto de retablos dorados.
Otros estilos
Además de este estilo gótico tardío, en Cadaqués se pueden ver otros estilos como el Modernismo, que está presente en muchos edificios, sobre todo, los localizados delante del paseo marítimo. Son casas que, en gran parte, tienen una clara inspiración en la arquitectura cubana.
El recorrido por este municipio debe llevar a otros edificios emblemáticos como la Casa de Don Octavio Serinyana o Casa Valúa, la Escuela pública Caritat Serinyana, la Casa Federico y Víctor Rahola o la Torre del Colom, entre otros.