Madeira ofrece muchas posibilidades para el turismo. Es una zona en la que se puede disfrutar de la playa, pero también de sus numerosas localidades y de su naturaleza. Y, precisamente, en ella nos vamos a centrar en este artículo para proponer dos rutas de senderismo que son muy fáciles de realizar, siendo aptas para todas las personas. En su recorrido se pueden ver auténticas maravillas.
Lagoa do Vento
La primera de las rutas que proponemos para los senderistas o bien para quienes deseen adentrarse en la naturaleza de forma fácil es la que va de Rabaçal al Lagoa do Vento. Esta ruta parte de la llamada Casa de Abrigo del Rabaçal y, en concreto, de un camino que está junto con la autopista regional ER105.
Esta ruta permite disfrutar de la naturaleza y observar diferentes especies, destacando sobre todo las Erica Arborea y la Erica Scoparia ssp maderesis, así como la uvera de la sierra o vaccinium padifolium.
Esta zona también permite ver otras especies como el laurel, el narajelo salvaje, el folhado, el aderno o el palo blanco, entre otras. Y es que es una zona muy rica y curiosa por su transición del paisaje de brezal al parque de la Floresta Laurissilva, que fue declarado Patrimonio Mundial Natural por la Unesco.
Tras haber recorrido por estos senderos unos 1.600 metros aproximadamente, se llega a un camino que se bifurca. Es necesario coger el de la izquierda para llegar a Lagoa do Vento. Es un paseo corto de unos 300 metros.
Ahí se podrá disfrutar de una laguna pluvial que está formada por las aguas que caen desde lo alto de la escarpa y que proceden de la Ribeira do Lajeado principalmente, aunque existen varias líneas de agua por las pequeñas ramificaciones existentes. El paisaje es una de las principales maravillas de Madeira, además de ser un entorno para disfrutar de la paz existente que solo se rompe con el sonido del agua.
Vereda dos Balcoes
Otra de las rutas de senderismo que proponemos es la conocida como Vereda dos Balcoes. Este camino comienza en el Ribero Frio, teniendo que caminar por la Levada de Serra do Faial hasta llegar al Mirador dos Balcoes para disfrutar de unas espectaculares vistas del valle de Ribeira da Metade y de la pedanía de Faial.
Nuevamente, en este camino, merece la pena prestar atención a la vegetación. Es un entorno en el que predominan especies como los laureles, así como la uva de monte, las orquídeas de Madeira y los viñáticos. También es posible observar árboles exóticos como los robles y plátanos.
Es un bello paisaje hasta que se llega al Mirador dos Balcoes desde el que se ven dos valles verdosos, que se caracterizan por sus bosques de laurisilva y que forman parte de la Red Natura 2000.
Estos bosques son especialmente importantes porque se consideran que son productores de agua, ya que las hojas de las plantas condensan las gotas de la niebla y actúan como canal para conducirla hacia el suelo y verterla hacia ríos y otros manantiales.
Cerca también está la central hidroeléctrica de Faja da Nogueira, que se ve desde el mirador, al igual que la Cordillera Central en la que destacan picos como el Ruivo, el do Areeiro, do Gato y das Torres, que están considerados los más altos de esta isla portuguesa.
En esta zona, es importante prestar atención a las aves porque es habitual la presencia del reyezuelo o Regulus ingnicapillus maderensis, que está considerado como el pájaro más pequeño del bosque de Madeira.
No es la única especie de interés. También se observan otras aves como el pinzón de Madeira, el mirlo, el petirrojo o el ratonero común de Madeira. Con un poco más de suerte, se podrá avistar la paloma torcaz, que figura entre las aves más raras. El camino igualmente lleva a describir el Parque Forestal de Ribeiro Frio y sus viveros de truchas.
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