Asia es uno de los continentes preferidos de los turistas europeos. Cada vez hay más gente que se anima a explorarlo, entre otras cosas por lo económico que suele ser alojarse en países como Tailandia o Vietnam. Eso sí, todo dependerá del tipo de viaje que hayas planeado y la zona exacta a la que quieras acudir.
Hoy me centraré en Indonesia, que por si no lo sabías es el país con mayor número de islas tropicales del mundo (entre 17.400 y 17.500). Quienes han estado allí saben que merece la pena visitarlo por razones como las que menciono a continuación.
1- Allí está Bali, una de las islas más bonitas del mundo
¿Quién no ha soñado con ir a Bali alguna vez? La conocida como Isla de los Dioses por la gran cantidad de templos que alberga, es un lugar repleto de playas paradisíacas de las que uno no quiere irse jamás. Es uno de los destinos perfectos para disfrutar de una luna de miel inolvidable.
2- El volcán Bromo es un espectáculo
En la famosa isla de Java, donde dicen que habitaba el primer homo erectus, el volcán Bromo se mantiene como una enorme caldera en activo que forma parte del cinturón de fuego que se exhibe por el Pacífico. Mide 2.392 metros de altura y es de un atractivo natural que encandila a todos los turistas. Eso sí, hay que tener cuidado con los timos si no se va en un tour guiado, ya que los habitantes de los pueblos colindantes hacen todo lo posible por ganar dinero a tu costa. Hay que saber negociar y no dejarse engañar. Lo que es innegociable es el precio de la entrada al Parque Nacional Bromo, que cuesta unos 15 euros entre semana y unos 22 euros los fines de semana.
3- Raja Ampat, un oasis para los fans del buceo
Una fotografía sirve para describir la belleza que uno puede hallar en Raja Ampat, sobre todo si se es aficionado al buceo. Está en la zona de Papúa Occidental y comprende más de 1.500 islas. Su ubicación es perfecta, ya que está justo en el centro del triángulo de coral, lo que te permite gozar de una biodiversidad marina espectacular (tortugas, tiburones, mantas…). Eso sí, el animal más curioso de todos es el dudong, que es una mezcla de cetáceo y elefante que solo se puede ver en los corales de Indonesia.
4- Los impagables atardeceres en el Templo de Borobudur
Indonesia está repleto de templos, y uno de los más bellos y curiosos es el de Borobudur. Es el templo budista más grande del planeta y para visitarlo hay que irse hasta la isla de Java. Mide cerca de 35 metros de altura y para terminarlo tuvieron que trabajar durante 75 años. ¿Cuándo empezaron? Se cree que en el año 800 d.C. Es un monumento declarado patrimonio mundial de la Unesco y tiene la particularidad de estar construido entre dos volcanes y dos ríos. En total son seis plataformas cuadradas con tres plataformas circulares en la parte superior y un total de 504 estatuas de budas. El templo es precioso, como también lo es disfrutar de un atardecer desde allí.
5- Su gastronomía
Todo lo que vas a ver en Indonesia te gustará, pero este país asiático también será capaz de conquistarte por la boca. Eso sí, ves preparado para comer arroz, ya que es el alimento más consumido en el país con diferencia (normal teniendo en cuenta que hay extensiones enormes de arrozales). El arroz se acompaña con pollo, soja o verduras.
Si estás en Bali y quieres comer barato, que sepas que podrás llenarte la barriga como es debido por tan solo 3 euros. Los platos más famosos de la isla son el mie goreng y el nasi goreng. El primero son fideos fritos con verduras, huevo frito y pollo, mientras que el segundo sustituye los fideos por arroz.
No debe sorprenderte encontrar muchos restaurantes que no son precisamente indonesios. Hay chinos, japoneses, italianos… e incluso españoles.
Si vas a pedirte un batido de fruta, que te puede costar un euro si sabes dónde comprarlo, piensa que las mejores frutas son el mango y la piña. Y si quieres un buen café, tómate el más típico de Indonesia, que se llama Kopi Luwak. Una taza cuesta unos 5 euros y no querrás saber de dónde procede, ya que para conseguir la pulpa hay que esperar a que unos animales parecidos a los gatos (civetas) se coman los granos y los expulsen, ya que sus enzimas digestivas degradan la cubierta y acaban con las proteínas que le dan mal gusto propiciando que sea un café que se vende a 400 euros el kilo (previa separación de los excrementos y procesado, claro está).
Artículo recomendado: Kelimutu, un volcán con lagos que cambian de color en Indonesia