Los monasterios son un remanso de paz, un pedacito de historia que ha marcado a muchos pueblos y que con el paso de los años no pierde su encanto, ya que la mayoría se conservan en perfecto estado. Algunos, además, son realmente espectaculares y bien merecen una visita, como es el caso de los que menciono en este artículo con el objetivo de que los añadas a tu wishlist triplist.
Antes de empezar, comentar que todos ellos están situados a muchos metros de altura, por lo que ofrecen unas vistas maravillosas del lugar en el que se construyeron.
Meteora (Grecia)
Muy cerca de una bonita ciudad llamada Kalambaka, los griegos no se cansan de admirar los monasterios que se levantaron en un grupo de montículos durante los siglos XIV y XVI. No se puede llegar a todos ellos porque el acceso es complicado y las carreteras son las que son, pero uno siempre está a tiempo de practicar escalada para eliminar cualquier restricción. Solo hay seis monasterios habitados a una altura de unos 600 metros y para entrar a cada uno de ellos hay que pagar 3 euros. Son cristianos ortodoxos y se convirtieron en el refugio de los griegos durante la invasión alemana en la Segunda Guerra Mundial, motivo por el cual algunos fueron destruidos.
Sümela (Turquía)
No demasiado lejos de Grecia nos topamos con otro monasterio increíble. Se trata de un monasterio ortodoxo situado a 1.200 metros de altitud que se mantiene en pie gozando de unas imponentes vistas del parque nacional de Altindere, a pocos kilómetros de la costa del mar Negro. Fue construido en el siglo IV, cuando unos monjes se dieron cuenta de que había una cavidad lo suficientemente grande como para dar cobijo a un icono de la Virgen, si bien es cierto que las formas actuales corresponden al siglo XIV.
Sant Martí del Canigó (Francia)
A más de 1.000 metros de altitud, en pleno Pirineo, la abadía benedictina cobró vida gracias a Guifré II, conde de la Cerdanya y el Conflent, y su hermano Oliva, abad de los monasterios de Sant Miquel de Cuixà y Santa Maria de Ripoll. Si algún día lo visitas y no tienes vértigo, te recomiendo ir al mirador del monasterio, ya que desde allí contemplarás toda la naturaleza del lugar, que no es poca.
Omlung Techa (India)
Sobran los motivos por los que querer visitar la India. Uno más, y que por cierto no es de los más conocidos, es el que tiene que ver con Omlung Techa, un monasterio budista ubicado en la región de Ladack, que es la que se conoce como el Tíbet indio. Parece mentira que pueda existir por el lugar en el que se construyó, sobre las crestas de una montaña que no es precisamente pequeña.
Taung Kalat (Myanmar)
Por último, y no por ello menos espectacular, el monasterior Taung Kalat tiene el privilegio de situarse en lo más alto de un montículo que está más de 1.500 metros por encima del nivel del mar. Para llegar hasta la puerta hay que subir nada más y nada menos que 777 escalones, así que hay que tener claro que para visitarlo hay que hacer un esfuerzo.
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