La naturaleza nos inspira. Nos hace ver el mundo de otra forma convirtiéndose en el mejor refugio al que acudir cuando los problemas del día a día, los que se cuecen en la gran ciudad, no nos permiten vivir con un nivel de estrés aceptable. Es en esos momentos cuando se hace muy necesario salir a respirar aire fresco contemplando paisajes que difícilmente se olvidan.
Uno de esos paisajes puede ser un acantilado, sobre todo si es como los que te muestro en este artículo. Son impresionantes por su altura y por las vistas que ofrecen, que sin duda alguna son todo un espectáculo. Son de esos que hay que apuntar en la lista de «cosas que ver cómo mínimo una vez en la vida».
Acantilados de Moher (Irlanda)
En Clare podríamos decir que están los acantilados más bonitos del mundo, que son los de Moher. Los habrás visto más de una vez en fotografías y es probable que hasta hayas tenido la oportunidad de verlos en alguna película como ‘Harry Potter y el misterio del príncipe’ o ‘La princesa prometida’. Es de lo más representativo de Irlanda, ya que en su costa es posible encontrar más acantilados de este tipo, aunque ningunos son tan increíbles como el de Moher, que está en la costa oeste y tiene una extensión de 8 kilómetros. Desde sus 200 metros de altura se puede contemplar la inmensidad del mar.
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Púlpito Preikestolen (Noruega)
Si los acantilados de Moher son famosos, ¿qué podemos decir del púlpito Preikestolen? Es uno de los principales atractivos de quienes visitan los fiordos. Está en Rogaland, en la región de Vestlandet, y podríamos definirlo como una roca enorme desde la que puedes poner a prueba tu vértigo. Llegar allí te puede costar entre dos y cuatro horas dependiendo del punto de partida, y hay que decir que ciertos tramos son un poco complicados. Sin embargo, merece la pena hacer el esfuerzo para llegar hasta allí y tener una fotografía única. Eso sí, ves con cuidado porque un turista español perdió la vida en 2013 al intentar hacer unas fotos.
Los Doce Apóstoles (Australia)
En Victoria, en una zona que es conocida como la costa de los naufragios, los Doce Apóstoles son un lugar de visita obligada para todos aquellos que llegan a la parte sur del país con ganas de ver algo nuevo. Los acantilados se suceden y se puede ver como algunos de los que están en el agua están a punto de desaparecer por culpa de la erosión ocasionada por el viento y las olas. De hecho, algunos de los que había ya no están, motivo por el cual podemos pensar que dentro de 100 años no será posible disfrutar de una estampa tan bonita como la actual.
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Arco de Albandeira (Portugal)
El Algarve no solo es popular por sus playas, sino por los acantilados que las preceden. El más destacado de todos es el que se conoce como el Arco de Albandeira, un nombre descriptivo tal y como puedes comprobar en la fotografía que se muestra sobre estas líneas. A nadie se le escapa que es un lugar privilegiado para disfrutar de una puesta de sol con el único ruido de las olas de fondo.
Gran Cañón del Colorado (Estados Unidos)
Si los anteriores son más o menos famosos, ¿qué te parece el Gran Cañón del Colorado? Es el que hemos visto en tantas y tantas fotos, en películas que han querido destacar su belleza para convertirlo en uno de los principales objetivos de los turistas que llegan al norte de Arizona con ganas de sumirse en esta preciosa garganta excavada, que por cierto está en el Parque nacional del Gran Cañón.
Koh Phi Phi (Tailandia)
La típica foto de Tailandia con las rocas cerca de la orilla son las que han hecho de Ko Phi Phi una de las islas más populares de Asia. Está en Krabi y nos brinda la posibilidad de bañarnos en playas paradisíacas, si bien es cierto que la masificación provocada por el turismo está desluciendo dichas playas, que ya no parecen ser vírgenes. Sea como sea, merece la pena contemplar la grandeza y la belleza de sus acantilados en primera persona.
Acantilados de Herbeira (España)
No podía termina esta lista sin hablar del que en mi opinión es el acantilado más impresionante de España. Que me perdonen en Tenerife, donde está el acantilado de los Gigantes, y que me perdonen también en Zumaia, donde está el Flysch. Me he decantado por los acantilados de Herbeira, que están ubicados en Cariño, A Coruña. Sus 613 metros de altura nos permiten hablar del acantilado de mayor altura respecto al nivel del mar de toda Europa continental. Un mirador llamado Garita de Herbeira es el lugar al que deberías acudir para contemplar su inmensidad.
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