Los pueblos más bonitos de Polonia

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Aunque no sea un país que viva del turismo, Polonia tiene los ingredientes necesarios para sorprender a quien la visita por primera vez. Más allá de los encantos de Cracovia, que es la capital, hay que destacar la belleza de algunos de sus pueblos.

Todos ellos, con sus particularidades, dejan huella. Te permiten descubrir los encantos de la Polonia más rural. De hecho, en algunos parecen sacados de un cuento de hadas.

Gniew

Gniew
Con unos 7.000 habitantes, Gniew está considerado como uno de los pueblos más bellos del país. Está ubicado a orillas del río Vístula y es famoso por su castillo medieval de estilo gótico, donde de vez en cuando se celebran fiestas que tienen como objetivo recordar las guerras que enfrentaron a polacos y suecos. Más allá de eso, hay que destacar el atractivo de sus calles con viviendas de poca altura, la mayoría de las cuales van a parar a un mercado con forma cuadrada.

Zamosc

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Pensarás que estás en un pueblo italiano. Al ser un lugar de paso que unía el mar negro con el resto de Europa, fue influenciado por corrientes de todo tipo, siendo la italiana la que acabó calando. De hecho, para dar forma a sus calles contrataron a Bernardo Morando, un arquitecto de Padua que tomó en consideración las costumbres locales antes de fusionarlas con la planta italiana. Sin duda alguna, la plaza del Gran Mercado es de visita obligada.

Malbork

Malbork
Es un pueblo que se lo debe todo a su castillo, ya que sus ladrillos se han extendido más allá de la fortaleza para atraer a miles de visitantes. Estamos hablando de una construcción que ha resistido al paso de los años y que se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad. En definitiva, es todo un icono que descansa a orillas del río Nogat.

Kazimierz Dolny

Kazimierz-Dolny
Sus 30 kilómetros cuadrados dan para mucho. Al pueblo se le conoce como «La perla del Renacimiento polaco«, algo que no es de extrañar a juzgar por el número de monumentos que se levantaron allí. Los más destacados son la iglesia de Juan el Bautista y Bartolomé el Apóstol, pero también merece la pena pasearse por la plaza principal para contemplar la belleza de sus casas de estilo manierista.

Supraśl

Suprasl
Este pueblo situado al noreste de Polonia ha tenido varios dueños. Fue de los lituanos, de la República Soviética de Bielorrusia y del Imperio Ruso. Todo hasta que en 1944 pasó a ser gobernado por los polacos, que desde entonces sacan tajada del monasterio ortodoxo para hombres de Supraśl Lavra, que alojóel Código Supraśl en su biblioteca durante un tiempo.

Zalipie

Zalipie
En Zalipie te plantas en menos de 30 minutos en coche desde Cracovia. Es uno de los pueblos más pequeños de esta lista, ya que tiene de 1.000 habitantes. Eso sí, para muchos no hay un pueblo igual en Polonia, ya que las granjas se decoran con tablones de madera con flores de colores muy llamativos. De hecho, una vez al año organizan una competición en la que se elige la granja con la decoración más bonita.

Jawor

Jawor
El Tratado de Westfalia del siglo XVII permitió la construcción de tres iglesias luteranas en territorio católico, concretamente en la región de Silesia. Una de ellas está en este pueblo (pueblo entre comillas porque tiene unos 24.000 habitantes) y se construyó en un año con madera y sin utilizar clavos. Más allá de esta iglesia, hay que destacar las iglesias evangélizas de La Paz, el castillo de Piast y un parque que en ocasiones alberga eventos y celebraciones.

Paczków

Paczkow
Para algunos es la Carcasona polaca, ya que este pueblo de unos 8.000 habitantes mantiene sus fortificaciones medievales en perfecto estado de conservación. Además, en este caso no hablamos de una reconstrucción del siglo XIX como ocurre en la comuna francesa, sino que los edificios históricos son los originales. Destaca su iglesia del siglo XIV o el ayuntamiento, que posee una torre de 48 metros de altura.

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