Visitar la provincia de Alicante es recomendable en cualquier estación gracias a sus agradables temperaturas durante buena parte del año. En este gran rincón de la Comunidad Valenciana podrás disfrutar de hermosas playas, importantes monumentos, interesantes espacios naturales y, por supuesto, de una excelente gastronomía.
Sin duda, uno de los principales atractivos de Alicante es su litoral, donde podrás encontrar preciosos pueblos costeros. Hoy te hablamos de algunos de los más bonitos. ¿Te gustaría acompañarnos?
Altea
Vamos a comenzar hablando de Altea, un pueblo que ha sabido mantener su carácter marino, aunque se ha convertido en un importante centro turístico. Te encantarán sus playas y su casco antiguo. Además, debes saber que los alrededores de esta población tienen un gran valor debido a su importancia paisajística.
Villajoyosa
También queremos hablarte de Villajoyosa, conocida popularmente como “La Vila”. Aislada de su entorno por arcos de altas sierras, ofrece un precioso casco histórico, destacando su vistoso frente litoral. Y es que está ocupado por casas pintadas de colores.
Calpe
Otro pueblo costero de Alicante que merece la pena visitar es Calpe, que está dominado por la imagen del Peñón de Ifach. Rodeada por un paisaje de cumbres y viñedos, la localidad conserva vestigios de las diversas civilizaciones que la han habitado en el pasado. Alucinarás con sus playas, su puerto deportivo y sus bonitos alrededores naturales.
Jávea
No podía faltar en nuestra lista Jávea, uno de los destinos más importantes de la Costa Blanca. Como no podía ser de otra manera, queremos destacar su casco histórico, situado a dos kilómetros de la línea de costa, que esconde bellas muestras de arquitectura local, además de importantes monumentos.
Denia
Por último, y a sabiendas de que nos dejamos otros bellos pueblos costeros de Alicante en el tintero, queremos hablar de Denia, que ofrece 20 kilómetros de litoral, en los que podrás encontrar desde playas solitarias hasta arenales repletos de servicios y de posibilidades de realizar un sinfín de actividades. Por supuesto, también merece la pena descubrir su patrimonio histórico.