Carlo Lorenzini, autor del libro «Las aventuras de Pinocho», tomó como nombre artístico Collodi en homenaje a este pueblo de la Toscana italiana donde nació y creció su madre, donde el propio escritor pasó su infancia y al que regresaba habitualmente para visitar a su familia. Dicen que es fácil visualizar al Collodi niño correteando por las calles de este lugar. Yo, después de pasear por él, no soy capaz de hacerlo. Sus empinadas cuestas son casi imposibles de ascender caminando cómodamente, no puedo imaginar hacerlo corriendo. Aunque los niños pueden con todo, hasta con las cuestas de Collodi…
El perfil en la ladera
Cuando llegas a Collodi ya disfrutas del paisaje que ofrece a lo lejos sobre la ladera de la montaña. Esto nos da una pista de cómo pueden ser sus calles, aunque verlo en directo, a pie de pueblo, sorprende más. Recorrer esta pequeña localidad en agosto es todo un logro, pues las cuestas empinadas acompañadas del sofocante calor de la Toscana no lo hacen nada fácil. Pero se ve algo compensando cuando te topas con preciosos rincones a lo largo del camino…
Villa Garzoni
El abuelo de Collodi fue granjero en Villa Collodi y su madre, criada de la marquesita; todavía es posible disfrutar de la majestuosidad de su fachada tras la que emerge el pueblo antiguo. El Jardín Garzoni es uno de los mejor conservados de Europa y complementa este verde recorrido al Parque de Pinocho, protagonista indiscutible de este pueblo.
Pinocho en todas partes
No cabe duda de que en Collodi saben explotar la figura de Pinocho. Es lo suyo. Hay murales dedicados a este personaje y se puede contemplar al Pinocho de madera más alto del mundo, construido por carpinteros suizos y que sin duda acapara todas las miradas y fotografías. Sin olvidar los puestos de souvenirs. Un consejo: si vas a comprar algún Pinocho de madera como recuerdo has de saber que el auténtico de Collodi es el que lleva el gorro blanco, que es también el único que puede sostenerse sobre una sola pierna.
Te invito a conocer Collodi a través de estas fotografías que recorren este pequeño pueblo encantador.
A nosotros no se nos dejó visitar el pueblo que está detrás de la villa. Es una pena porque el pueblo desde el jardín Garzoni se veía increíble. a vosotros sí os dejaron?