El aeropuerto de Tempelhof, en el centro de Berlín, ha cerrado sus puertas definitivamente. La baja rentabilidad ha sido el factor clave que ha hecho desaparecer este mítico aeropuerto.
La pista fue inaugurada en 1923 de manera oficial. Sin embargo, ya desde el 1909 se empezaron a hacer algunas pruebas de aviación llevadas a cabo por personajes tan importantes en el mundo de la aviación como Armand Zipfel y Orville Wright.
Antes de que se produjera la Segunda Guerra Mundial, el aeropuerto de Tempelhof acogía un total de 92 vuelos al día, cuarente de ellos de recorrido internacional. Tras esa macabra guerra, Alemania quedó dividida en cuatro partes y Estados Unidos se hizo con el control del aeropuerto. Lo utilizaron para proveer de alimento a los miles y miles de alemanes que se habían quedado en la calle, sin nada.
En 1993 Tempelhof se convirtió en un aeropuerto comercial. Eso sí, los pocos avances tecnológicos y la llegada de nuevos aviones más grandes, hicieron que el número de vuelos se redujeran considerablemente. Pese a que en 2004 ya se tenía que haber cerrado, los berlineses consiguieron prologar su vida hasta el 30 de octubre de 2008, fecha de su desaparición definitiva.