Hay veces que, por el destino elegido o por las propias circunstancias del viaje, resulta necesario llevar en el equipaje un botiquín que nos ayude a superar determinados problemas de salud que puedan surgir. Se trata de contusiones, pequeñas heridas o dolencias para las que necesitaremos ciertos medicamentos.
Uno de los casos en los que el botiquín de viaje pasa a ser totalmente imprescindible es cuando viajamos a algún país remoto en el que el acceso a la atención médica sea difícil. Te contamos cómo preparar tu botiquín de viaje y qué es lo que no puede faltar en él.
Ser precavido merece la pena
Está claro que no se trata de llevar todo lo necesario para cualquier problema que pueda surgir durante el viaje, tampoco vamos a ponernos en lo peor. Se trata, más bien, de estar preparado para poder combatir eses pequeñas molestias que es normal que nos sucedan y para las que tenemos remedio cuando estamos en casa. Aquí tienes una pequeña lista con lo que no puede faltar en tu botiquín de viaje. Recuerda que has de economizar el espacio, algo que no suele abundar cuando preparamos nuestro equipaje, por lo que tendrás que ser práctico.
– Para curar heridas como pequeños cortes, rozaduras y demás, necesitarás gasas, yodo o desinfectante, esparadrapo y tiritas.
– Lleva un antihistamínico para posibles ataques de alergia. Y si tienes alguna alergia alimentaria que pueda llegar a ser grave, lleva la pluma de adrenalina precargada. Ya sabrás que puede salvarte la vida.
– Un medicamento contra la diarrea puede ser muy útil cuando estás de viaje.
– Y, por supuesto, no pueden faltar los analgésicos que te vendrán bien para tratar cualquier dolor: paracetamol e ibuprofeno, que es también antiinflamatorio.