Es el lago Baikal y es tan bello que también se le conoce como La Perla de Asia. Desde luego que merece el apelativo, pues se trata de una de las maravillas naturales más increíbles del mundo. El lago de agua dulce más grande del mundo y también el más profundo. De hecho, al parecer, contiene el 20% de todo el agua dulce no congelada del planeta.
Está en el sur de Siberia, en Rusia, muy cerca de la ciudad de Irkutsk, y se trata de un gran lago de origen volcánico de, nada menos, que 636 kilómetros de largo, 80 kilómetros de ancho, y 1.680 metros de profundidad. No es de extrañar que en el año 1996 la UNESCO lo declarara Patrimonio de la Humanidad.
Un ecosistema único
El lago Baikal se dio a conocer gracias a la construcción del Tren Transiberiano, cuyo recorrido lo bordea en parte. Como curiosidad os diré que tuvieron que tenderse 200 puentes y excavarse 33 túneles. Todas las cifras que rodean a este lago resultan sorprendentes, ¿verdad?
Al norte se encuentran los Montes Baikal, que están reconocidos como Parque Nacional, y que ofrecen un entorno natural espectacular. Además, el lago tiene unas 22 islas pequeñas, de las cuales la mayor es la isla de Oljón.
Pero una de las cosas que realmente define al lago Baikal y lo dota de gran interés, además de su gran belleza paisajística, es su biodiversidad. En sus alrededores conviven nada menos que en torno a 1.550 especies animales, entre las que destaca la foca de Baikal. Y en su fondo se encuentran unas 233 variedades de algas, además de 1.085 especies de plantas. Una riqueza difícil de encontrar.
Visitar el lago
A nivel turístico, las visitas al lago Baikal han aumentado en los últimos tiempos. La cercana ciudad de Irkutsk puede ser un buen punto de partida para llegar hasta allí. Si te gusta el senderismo, te encantará la visita al lago pues por sus alrededores se extiende el Great Baikal Trail, una red de senderos que permiten disfrutar de la naturaleza del entorno y de sus vistas únicas.